Zapatero utilizó los contactos de Ábalos para levantar su red lobista en Iberoamérica y reforzar su papel ante el chavismo
La red internacional de José Luis Rodríguez Zapatero en Iberoamérica no se entiende sin la figura de José Luis Ábalos. Según reveló Vozpópuli, el expresidente del Gobierno se apropió de los contactos que el exministro socialista había tejido durante décadas en la región para impulsar su labor como lobista, fortalecer su relación con Pedro Sánchez y afianzar su influencia en países clave como Venezuela, Colombia o Centroamérica.
Los vínculos entre ambos se remontan a más de 25 años, cuando Ábalos fue decisivo en la recogida de avales que permitieron a Zapatero imponerse a José Bono en el congreso socialista del año 2000. Sin embargo, pese a aquella lealtad inicial, el entonces nuevo secretario general lo excluyó de su ejecutiva federal, decisión que se justificó con las sospechas internas hacia las actividades del exministro a través de la Fundación Fiadelso.
Con el tiempo, esa desconfianza quedó en segundo plano. Zapatero volvió a acercarse a Ábalos, primero para que mediara en su reconciliación con Pedro Sánchez tras el apoyo fallido del expresidente a Susana Díaz en las primarias de 2017, y después para «vampirizar» la tupida red de contactos políticos y empresariales que el valenciano había cultivado en Iberoamérica.
La ayuda de Ábalos resultó fundamental para que Zapatero lograra insertarse en el Grupo de Puebla, el foro de presidentes y exmandatarios de izquierdas que se ha convertido en un auténtico paraguas ideológico de las agendas bolivarianas en la región. Con esa plataforma, el expresidente español ejerció labores de mediación en países como Bolivia, además de reforzar su papel como emisario del PSOE en Venezuela.
Precisamente allí es donde su actividad ha sido más controvertida. Zapatero intensificó su rol de interlocutor «oficioso» con el chavismo al comprobar que el empresario Víctor de Aldama —uno de los protagonistas de la trama Koldo— ganaba terreno con su cercanía a la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Para recuperar protagonismo, el expresidente volvió a recurrir a Ábalos y a sus contactos en Caracas, como el diplomático Félix Plasencia, que llegó a ocupar ministerios clave en el régimen de Nicolás Maduro.
El conocido episodio del ‘Delcygate’, cuando Rodríguez aterrizó en Barajas en enero de 2020, ejemplifica esa red de relaciones. Plasencia viajaba en el mismo avión que la vicepresidenta chavista, mientras Ábalos ejercía de anfitrión en la sombra y Zapatero consolidaba su influencia en la órbita bolivariana.
El expresidente socialista también estuvo detrás del polémico rescate de la aerolínea Plus Ultra, operación que Ábalos asegura haber conocido «sobre la marcha» en un Consejo de Ministros, aunque en privado admite que Zapatero presionó al Ejecutivo a través de su entonces número dos, Pedro Saura.
Lo que comenzó como una relación ambivalente se ha convertido, con el paso de los años, en la base de la red lobista internacional de Zapatero, una red que, bajo la bandera del PSOE, se ha alineado con los intereses de regímenes autoritarios iberoamericanos y que hoy sitúa al expresidente como uno de los principales operadores de la izquierda globalista en la región.











