Una Liga adulterada
Eduardo de Rivas.- Hace años los agostos se pasaban bajo la sombrilla, con el Marca bajo el brazo, pendientes de si el Madrid terminaba de cerrar el fichaje de la temporada. Ahora, el periódico suma poco más de 20 páginas que nadie lee porque está todo en el móvil y porque el mercado de verano se ha transformado en una competición por ver qué equipo inscribe más jugadores a tiempo para la primera jornada de Liga. Mientras en la Premier se gastan morteradas en nuevos jugadores, en España intentamos mantener los que estaban el año pasado, aunque para ello haya que vender al mejor de los tuyos.
Raro es el equipo que el 15 de agosto cuenta con todos los jugadores de su plantilla listos para jugar. El Madrid, el Atlético, el Athletic… y pocos más. Ni siquiera el Barça, que anda mendigando desde hace años para disponer de todos sus efectivos, con favores incluso del Gobierno. Cosas del acuerdo de investidura y de las conexiones con Waterloo.
Aunque algunos no lo quieran ver, los partidos de agosto valen lo mismo que los del cierre de mayo. Y si un equipo tiene que jugar dos jornadas con 14 inscritos, es posible que se deje unos puntos imprescindibles para lograr la permanencia, alcanzar la Champions o ganar el título. Por eso todos deben empezar en las mismas condiciones, tanto a nivel de plantilla como de descanso, porque, por empeño de Tebas, hay un equipo que empieza la temporada con menos tiempo de preparación que el resto. Pero como es el Madrid, no pasa nada.
Parece que en algún momento a alguien se le olvidó que el fútbol es un espectáculo con el que se hace negocio y no un negocio que a veces tiene espectáculo. Si un jugador no descansa, es difícil que rinda como para que merezca la pena pagar por verlo. Menos aún si se pasa media temporada lesionado porque no hay quien soporte el ritmo de jugar cada tres días durante diez meses. Hay que elegir: o más dinero o más espectáculo. De lo segundo cada vez hay menos y de lo primero ya hay más que suficiente.
Aún así, quieren más. Ahora se han inventado el llevarse un partido a Miami, cargándose el principio de igualdad de la competición. En plan amnistía. Será como si un equipo jugara 20 partidos como local y 18 de visitante. Aprovechando que el rubialismo ya se fue, Tebas ha conseguido el aval de la Federación para que el Villarreal-Barça se dispute en Estados Unidos. Como no se clasificó para el Mundial de clubes, LaLiga quiere ahora que el Barça se haga las Américas y se lleve una buena parte del pastel, a ver si así consigue alcanzar el fair play financiero exigido y se dejan de chanchullos con los palcos VIP. A lo mejor era esto la financiación singular de Cataluña.












Que se vaya el Barcelona a jugar – por llamarlo de alguna forma – donde le dé la gana, pero que no lo haga a costa del resto de los equipos españoles. A ser posible que se vaya a África y de paso que se quede por allí como doscientos años más o menos.