El régimen islámico de Irán desata una ofensiva total contra los cristianos: cárcel, exilio y castigos económicos
Desde el 25 de junio, cuando entró en vigor el alto el fuego con Israel, la República Islámica de Irán ha lanzado una nueva ofensiva contra los conversos al cristianismo, con al menos 43 arrestos en 21 ciudades. De Teherán a Kermanshah, la consigna del régimen es clara: quien abandone el islam será perseguido.
Los cargos son a menudo secretos, pero algunos incluyen la simple posesión de una Biblia, mientras que otros se amparan en una nueva ley que castiga con hasta diez años de cárcel cualquier supuesto vínculo con «Estados hostiles» como Estados Unidos o Israel.
Casos como el de Mehran Shamloui, deportado desde Turquía el 5 de julio, ilustran la dureza del sistema. En mayo, él y otros dos conversos —incluida una mujer embarazada— fueron convocados para cumplir penas que suman más de 40 años de prisión, acusados de «propaganda contra la ley islámica» y «pertenencia a grupos opositores al Estado».
Según el último informe conjunto de Article18, Open Doors, CSW y Middle East Concern, citado por European Conservative, en 2024 se dictaron 263 años de prisión contra 96 cristianos, seis veces más que en 2023. Además, se impusieron multas de casi 800.000 dólares, así como exilio interno, pérdida de derechos sociales, «reeducación» religiosa y prohibiciones de viajar.
El régimen considera «secta» a las iglesias cristianas y ve la conversión desde el islam como apostasía. Toda actividad cristiana en persa está prohibida, y asistir a una iglesia doméstica —única opción para los persas cristianos— puede suponer un cargo de «atentar contra la seguridad nacional».
Se criminalizan actos como celebrar Navidad, cantar himnos o bautizar a nuevos creyentes. En 2018, tocar canciones cristianas con guitarra fue castigado con 15 años de prisión.
Organizaciones como Article18 piden a los gobiernos occidentales presionar públicamente a Teherán para que derogue los artículos 500 y 500b del Código Penal, usados para encarcelar a cristianos con acusaciones vagas, y que impongan sanciones específicas contra jueces y agentes de inteligencia implicados en torturas, negación de atención médica y coacción para renunciar a la fe.
Mientras Irán exporta su influencia a Siria, Irak, Yemen o Líbano, sigue reprimiendo con mano de hierro cualquier expansión del cristianismo en su propio territorio. Para el régimen, la fe en Cristo es una amenaza política.












Esto no nos lo cuentan en television, y encima quieren ellos tener los derechos en España que no quieren dar en sus paises a los cristianos
Hay que defender a los cristianos en cualquier lugar menos en la conferencia episcopal. Traidores degenerados.
La Teokracia esclavista es la que quiere gobernar todo el planeta. Se ve que a Pedrete y a Zpete les encantan porque son peor que su propio sociokomunismo kriminal.