La cesta de la compra se dispara un 38,5% en España: el precio del pan, la carne, los huevos y el pescado, en máximos históricos
Nunca en la historia reciente comer había sido tan caro en España. Desde antes del covid, el precio de la cesta de la compra se ha disparado un 38,5%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El pan, la carne, los huevos, las legumbres, la fruta o el pescado han alcanzado precios récord, con subidas que desangran el bolsillo de las familias.
Lo que antes llenaba dos bolsas con 50 euros, ahora apenas llena una. Es la inflación acumulada —22,3% desde 2019 en el nivel general de precios— golpeando directamente a los hogares, pero con los alimentos como auténtico motor del encarecimiento.
En el último año, el chocolate ha subido un 21,6%, los huevos un 18,3%, la carne de vacuno un 15,1% y la de cordero un 11,7%. Frutas (+8,8%), legumbres y hortalizas (+8,4%) y pescado (+6,2%) completan un panorama de incrementos que superan con creces cualquier subida salarial.
A esta asfixia alimentaria se suma el encarecimiento de la electricidad, que en julio subió un 17,3%, elevando la inflación general al 2,7%, el nivel más alto desde febrero.
La puntilla la ha puesto el Gobierno, que en enero retiró la rebaja del IVA que había aplicado para mitigar la crisis. El resultado: 853 millones de euros adicionales recaudados en seis meses a costa del bolsillo de los españoles. El pan común, la leche, los quesos, las frutas, verduras y legumbres pasaron de estar exentos o en tipo reducido a pagar más impuestos, lo que ha empujado al alza sus precios finales.
El Banco de España alerta de que los precios de los alimentos se mantendrán elevados en el medio plazo, empujados por factores climáticos, tensiones geopolíticas y políticas comerciales restrictivas. La FAO y el Banco Mundial confirman el riesgo: un escenario de inflación alimentaria persistente que golpeará con mayor dureza a las familias de renta baja.
Estas familias, que ya destinan una proporción mucho mayor de su presupuesto a la comida, están siendo empujadas a recortar en otros bienes esenciales. El resultado: pérdida acelerada de poder adquisitivo, desigualdad creciente y un golpe silencioso pero devastador a la seguridad alimentaria.











