Ramón Pérez-Maura.- Cuesta creer en qué manos hemos estado. Y lo que es peor, la confianza que le presta el actual presidente del Gobierno. Desde que salió de la Moncloa por la puerta de atrás, José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho guardia en las peores garitas. Las amistades que se le conocen son de la peor estofa. Y él lleva tiempo actuando con los procederes propios de los delincuentes.

Contaba ayer en El Debate Alejandro Entrambasaguas cómo la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investigó las conexiones de Zapatero con Venezuela, hoy considerado el narcoestado por antonomasia. Se quería averiguar el origen de los fondos con los que el expresidente del Gobierno se ha hecho un patrimonio inmobiliario relevante. Sospecho que a Rodríguez Zapatero le quedan amigos bien colocados porque fue ponerse la UCO a investigar eso y su casa de Aravaca, donde llevaba viviendo diez años fue vendida a la carrera a un comprador que pagó al contado. Y ahora no consta cuál es la residencia del expresidente del Gobierno. No estoy seguro si esto se parece más al viejo PRI mexicano o a la mafia calabresa.

A partir de ahí, Rodríguez Zapatero se ha ganado la vida alineándose con los peores tiranos del mundo. Todos recordamos hace un año su papelón en Venezuela. ¿Había alguien que pudiera creer que Maduro iba a celebrar unas elecciones limpias? No. Aun así, es comprensible que Corina Machado y Edmundo González dieran la cara contra el tirano. Pero si hay alguien que sabía que Maduro iba a hacer trampa era Zapatero que aún así se presentó como un mediador entre no se sabe qué y al final ayudó al golpe sacando al ganador del país y permitiendo la continuidad de Maduro. ¿Qué precio tiene ese apoyo?

Los réditos de Venezuela estoy seguro de que son una filfa comparados con lo que ingresa el expresidente del Gobierno en China. Los datos son claritos. España contrató con Huawei por primera vez en 2004, siendo presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. La relación del expresidente con la multinacional china perseguida por Estados Unidos es tan estrecha que le ha colocado como jefe de seguridad en España a Segundo Martínez, que fue jefe de seguridad en la Moncloa en sus tiempos. Fruto de esta estrecha alianza, en febrero de 2021 una empresa que pertenece a las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero contrató con Huawei. Y la imagen de Huawei en España la lleva la agencia de comunicación de José Blanco, que fue ministro en los gobiernos de Zapatero.

No contento con que esté forrándose con sus negocios en dos dictaduras que violan los derechos humanos flagrantemente, Sánchez lo ha recuperado para que le ayude a gestionar sus problemas domésticos. A Sánchez los derechos humanos le importan lo que a un niño de año y medio hacerse pis cuando no lleva pañal. Si hemos llegado al extremo de que Sánchez está dinamitando la democracia de 1978, ¿qué le importan a él los venezolanos o los chinos? A él sólo le hace falta que Zapatero ceda algo a Puigdemont. Y ya comprenderán que quien vende la vida de presos de conciencia en las ergástulas del chavismo hará lo que sea por mantener a Sánchez en el poder. ¿Qué otro jefe del Gobierno iría con tanta asiduidad a Pekín a proteger los intereses de Zapatero?

¿Dónde presenta Rodríguez Zapatero su declaración de la Renta y Patrimonio? ¿Le harán desde su partido algún día un ‘montoro’ como le hicieron en su momento a Esperanza Aguirre estando el PP en el Gobierno? Ahí se filtró hasta el último dato de la declaración de la entonces candidata a alcaldesa de Madrid.