Pequeñas reflexiones sobre la corrida de candiles de la noche marbellí
La cuadrilla del Búcaro.- Por alusiones, pequeñas reflexiones sobre el festejo luminoso de la noche marbellí de ayer.
Morante, posiblemente en el mejor momento artístico y de popularidad de su carrera, asume su posición de máxima figura del escalafón, con una actuación entregada y responsable, dejando pasajes de bella torería, inspirado arrebato y casta torera. Sabe el lugar que ocupa y está dispuesto a defender su liderato. Lo del rabo, anécdota de palco facilón sin equilibrado criterio.
Juan Ortega compuso la faena de la tarde, en un buen segundo, con una templada y extensa faena con gran fondo artístico. El público marbellí no sé si acabo de enterarse. Dejó detalles de sabor en un quinto complicado.
Pablo Aguado está en un buen momento y respira una torería natural que seduce. El tercero no fue fácil y el sexto se rompió. Gran quite en el segundo de Ortega.
Los Garcigrandes, mansetes y descastados, muy desiguales de presentación, tuvieron sus cositas, con un segundo noble y muletero.
Con el medio toro que nos venden, prefiero ver a los tres maestros de ayer, que saben torear muy bien y no las monerías de circo de otros menos dotados. El palco, en noche sin indultos, sigue siendo una verbena playera.











