Trump crea un grupo de trabajo para que los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 estén «limpios de wokismo»
El presidente estadounidense, Donald Trump, no quiere que los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 reciban el mismo tipo de críticas que los celebrados el año pasado en París, cuando sectores ideológicos vinculados al movimiento woke generaron una oleada de polémica a nivel global. Consciente del impacto internacional que tiene un evento de este calibre, ha decidido tomar personalmente las riendas de su organización para garantizar que proyecten la imagen que él considera representa a Estados Unidos.
Este martes, desde Washington, firmó una orden ejecutiva que establece la creación de un grupo de trabajo de alto nivel encargado de supervisar todos los aspectos relacionados con la cita olímpica. Este comité estará bajo su propia presidencia y coordinará los esfuerzos entre organismos federales, estatales y municipales, con especial atención en áreas como la seguridad, la movilidad y la narrativa simbólica del evento.
Trump ha dejado claro que el objetivo es que los Juegos de 2028 sean un reflejo del orgullo, la fortaleza y el patriotismo estadounidense, y no un escenario para exhibiciones ideológicas. En su declaración oficial, ha insistido en que el evento debe rendir homenaje al deporte y a los atletas, y no convertirse en una plataforma para lo que describió como «corrientes de opinión que ofenden nuestras raíces culturales».
La orden ejecutiva recoge que el evento será una oportunidad para mostrar al mundo “lo mejor de América” y destaca la necesidad de garantizar fronteras protegidas, transporte eficiente y una experiencia segura para millones de visitantes nacionales e internacionales. El Gobierno federal, según el texto, liderará este esfuerzo para asegurar que todo funcione con precisión.
El presidente del comité organizador de LA28, Casey Wasserman, celebró la iniciativa y definió los próximos Juegos como «auténticamente americanos». Durante el acto de firma, entregó a Trump un set conmemorativo de medallas de los Juegos de Los Ángeles de 1984, como símbolo del legado olímpico de la ciudad. «Este paso consolida nuestro compromiso compartido por ofrecer no solo los Juegos más grandes, sino también los mejores de la historia moderna», afirmó Wasserman.
La nueva comisión tendrá como misión detectar y resolver posibles obstáculos legales, regulatorios o logísticos que puedan frenar la implicación federal. Asimismo, deberá garantizar la plena coordinación en materias clave como seguridad antiterrorista, respuesta ante emergencias, gestión migratoria y planificación del transporte, según recoge el documento oficial.
Trump ha recordado que en su anterior etapa presidencial fue clave en el respaldo a la candidatura de Los Ángeles como sede olímpica, aunque entonces no imaginaba que volvería a ocupar la Casa Blanca durante su celebración. Ahora, afirma, tiene la oportunidad de dejar una huella imborrable: «Este es un momento clave para asegurar que Estados Unidos esté listo para recibir al mundo en 2028».











