La alianza entre las élites mundiales y los políticos sinvergüenzas se derrumba
El tiempo de las élites mundiales que han dominado el mundo en el último medio siglo se está acabando y sus lacayos, tipejos con alma podrida de dictador, como Pedro Sánchez, ven como ya se acerca su cementerio.
Los demócratas recibieron con ilusión la revolución conservadora de Donald Trump porque pensaban que traería consigo la devolución al pueblo del poder que le habían arrebatado los marxistas, aliados con las élites y la mugre ética y política mundial.
Esos que nos han creado un mundo dominado por la división, el odio, la mentira, las guerras, la rapiña, los privilegios exagerados de la clase política, el cobro de impuestos abusivos, el endeudamiento, el despilfarro y otras muchas canalladas, tienen sus ataúdes detrás de la esquina y si logran evitarlos, les espera el desprecio mundial, la cárcel o la guillotina.
El pueblo, maltratado y usado como si fuera un rebaño, ya está cansado de soportar a tanto canalla en el poder.
La alianza entre los multimillonarios de la élite mundial, las falsas derechas corrompidas y los socialistas tiranos ha llegado demasiado lejos y sus excesos y canalladas han provocado una tormenta conservadora que ha elevado hasta el poder a Donald Trump. Victor Urban, Giorgia Meloni, Javier Miley, Nayib Bukele y un rosario de partidos conservadores dispuestos ya a ganar el poder en las urnas de Francia, Alemania, y media Europa.
De lo que se trata es de devolver el poder al pueblo, al que se lo han arrebatado las élites, aliadas con los socialistas y los corruptos de todo el planeta.
La revolución conservadora de Reagan y Tatcher no será nada comparada con la que impulsarán los millones de demócratas que esperan ilusionados el momento de echar del poder a estafadores y aspirantes a tiranos, mentirosos y crueles, los que gobiernan la Comisión Europea, los delincuentes que se han apoderado de muchos estados y los socialistas derrotados de Alemania, Gran Bretaña y otros muchos países, todos ellos usurpadores del poder popular, asesinos de la democracia y golpistas que han desarbolado la democracia, corrompido el Estado, asaltado la Justicia, neutralizado al pueblo, escupido sobre la verdad y apagado la luz del mundo para llenarlo de oscuridad y mentira.
El frustrante año 2025 era un año de esperanza para la gente buena y decente, que ha vivido atemorizada por el poder del marxismo, el wokismo, el globalismo, la opresión camuflada y una progresía falsa que se apoderó del mundo y que avanzaba impulsada y financiada por elites multimillonarias llenas de codicia y por políticos que merecen la cárcel perpetua por su tiranía miserable, disfrazada de democracia.
Nos dijeron que el siglo XXI sería el de las mujeres dignas, o el de las tecnologías innovadoras, o el de la información avanzada y universal, pero está siendo el “siglo de los chorizos”, una fauna deleznable de políticos que domina países y organizaciones mundiales y que crea guerras, dolor, esclavitud y hambre como las que reinan en Gaza, Cuba, Ucrania, Venezuela, Nicaragua y, en menos escala, también la España de Sánchez, donde la democracia es asesinada y se avanza hacia la tiranía.
En España todavía no se encarcela a los adversarios del gobierno, ni se mata a los disidentes, como ocurre en Cuba, Nicaragua y otros países esclavos, pero se controla el poder de manera férrea y con vocación de permanencia eterna, se violan las leyes y se destrozan la Constitución, la democracia y los derechos, camino miserable que nos acerca a la tiranía más despreciable.
Es ya urgente que el pueblo tome el poder y coloque al frente de los gobiernos e instituciones a personas decentes, responsables, demócratas, dotadas de valores y opuestas a personajes como Pedro Sánchez, modelo internacional de mentiroso, estafador, tirano camuflado, falso y enemigo de los controles que la democracia establece para limitar el poder de los tiranos.
Salvar el siglo XXI significa sustituir a los chacales y a las hienas por personas decentes y dotadas de valores, capaces de conducir a sus pueblos hacia la justicia y la paz en libertad y con ilusión.











