Un argelino buscado por agresión sexual y robos queda libre tras comunicar que vivía en un árbol
La madrugada del 15 de julio, una joven transexual paseaba junto a su hermano por la calle Villafranqueza del municipio alicantino de San Vicente del Raspeig cuando un hombre comenzó a seguirla. Primero fueron los comentarios obscenos. Después, los tocamientos. El agresor la abordó por la espalda, le tocó el cuerpo y le arrancó la blusa. Fue necesario un golpe del hermano para detener la agresión en seco. Denunciaron los hechos esa misma mañana. 48 horas después, el agresor quedaba en libertad tras declarar ante el juez que no tenía dirección ni teléfono. «Vivo debajo de un árbol», dijo.
Eran las 6:30 de la mañana cuando se produjo el ataque. La joven, reconocida legalmente como mujer, caminaba junto a su hermano por una de las principales calles del casco urbano. Según fuentes cercanas a la investigación , un hombre de unos 30 años, de nacionalidad argelina, comenzó a acosarla verbalmente y a seguirla a escasa distancia. En un momento dado, se abalanzó sobre ella por la espalda, la sujetó, la manoseó y le arrancó la blusa. El hermano, que caminaba apenas unos metros por detrás, reaccionó de inmediato.
La víctima y su acompañante acudieron al centro de salud para obtener un parte de lesiones. Después se dirigieron al cuartel de la Guardia Civil de San Vicente del Raspeig, donde interpusieron denuncia. Aunque los hechos no incluyeron penetración, los tocamientos no consentidos y la agresión física fueron suficientes para que se instruyera un delito de agresión sexual, de acuerdo con la conocida como «ley del solo sí es sí».
Arresto y hallazgo de objetos robados
La Guardia Civil activó un dispositivo de búsqueda que dio resultado pocas horas después. El sospechoso fue localizado en un descampado junto a la calle Elche, no lejos del lugar de los hechos. Allí, bajo la copa de un árbol, había levantado una caseta improvisada donde vivía junto a otro hombre. Los agentes procedieron a su detención y, al registrar la zona, encontraron varios objetos que habían sido denunciados como sustraídos en un robo con fuerza.
El hombre fue trasladado a dependencias policiales, donde permaneció durante dos días antes de ser puesto a disposición judicial. La agresión sexual y el robo quedaron reflejados en el atestado. El acusado no contaba con antecedentes penales, aunque los investigadores ya lo tenían en el radar por sospechas de hurtos no acreditados cometidos en la zona.
Una respuesta inaudita ante el juez
Durante su comparecencia ante el Juzgado de San Vicente del Raspeig, le solicitaron los datos habituales: domicilio de referencia y un número de contacto. El acusado respondió que no tenía teléfono ni dirección. Lo único que aportó fue una frase: «Vivo debajo de un árbol».
A pesar de no tener medio alguno para ser localizado y estar investigado por dos delitos graves, el juzgado decretó su libertad provisional. La decisión ha generado perplejidad entre los agentes que participaron en la investigación. «No tiene domicilio conocido, ni tampoco aporta teléfono. Y sin embargo, le dan la libertad. Como no vayan buscando debajo de todos los árboles… », ironiza una fuente cercana al caso en conversación con este medio.
El asentamiento, incendiado
El lugar donde residía el acusado quedó calcinado pocos días después. La rudimentaria caseta instalada bajo el árbol fue incendiada de forma intencionada. Los bomberos tuvieron que intervenir para extinguir las llamas. Sin embargo, el hombre regresó al mismo descampado e intentó reinstalarse unos metros más allá, esta vez con cartones y plásticos. «Una vecina que lo vio se acercó y le arrancó la tela», explican fuentes próximas al entorno de la investigación.
Desde entonces, el hombre continúa intentando asentarse en la zona. Sin domicilio, sin móvil y sin medidas cautelares que lo aten al proceso judicial, su localización futura queda en el aire. «Actualmente está colocando cartones otra vez para volver a montar», apuntan vecinos cercanos al asentamiento.
A día de hoy, el acusado permanece en libertad, investigado por un delito de agresión sexual y otro de robo con fuerza. La falta de medidas de control sobre su paradero ha levantado inquietud entre quienes siguen el caso de cerca. Su comparecencia futura dependerá de que las autoridades logren localizarlo llegado el momento. El árbol, por ahora, sigue siendo su única referencia conocida.













Al leer estos relatos, solo me causan risa de impotencia. Cómo es posible que una nación tan fuerte como fue España, se entregue tan facilmente. Esto es un verdadero circo.