«Estoy fuerte», farfulla hecho polvo en el Falcon
Luís Ventoso.- El festival de golfería en el Gobierno, el partido y la Famiglia ha dejado ojeroso y flaco como un junco al yerno de Sabiniano (esposo también de la cuádruple imputada y hermano del afamado coautor de ‘La danza de las chirimoyas’, que visitará el banquillo por prevaricación y tráfico de influencias). Según explicó Marisu de Triana en frase memorable, «el presidente se ha quedado con la cara delgá por dejarse la piel por España».
Cara Delgá era ya un pato cojo, porque un presidente que lleva dos años sin presupuestos es solo un figurón. Pero con la corrupción se ha convertido en un pato laqueado, totalmente abrasado, que ha perdido la grasa en el calor del horno. Su cultivada imagen internacional se ha chamuscado. Sus encuestas suenan como un réquiem. Sus socios aprovechateguis catalanes y vascos se pitorrean de él, mientras lo ordeñan con prebendas varias a costa de España. Hasta las locatis de Podemos huelen que la pieza está malherida y han comenzado a amargarle votaciones.
Pero el gran adelgazante de Cara Delgá es su miedo atroz a la grabadora de Koldo y a que sus antiguos aliados y protegidos decidan piar. Ese temor se traduce en un sueño inquieto, que le cuesta conciliar, y en un nerviosismo que ha agudizado el mal vinagre marca de la casa que gasta en privado.
Ante esta tesitura, el interfecto y su prensa oficialista han decidido pasarse al humor del absurdo, en una especie de Sopa de Ganso de los Hermanos Marx adaptada al siglo XXI. «Estoy fuerte», les asegura Cara Delgá a los periodistas de cámara en un corrillo en el Falcon, como si fuese Groucho en su papel del mandatario Rufus T. Firefly. Muy fuerte, en efecto. Tan fuerte como un boxeador grogui que deambula por el cuadrilátero haciendo eses mientras farfulla que quiere seguir.
Sánchez ha dejado de conceder entrevistas tras el enchironamiento de Cerdán. Y como en España no tiene nada que hacer, porque no gobierna, simula que ejerce de presidente con garbeos internacionales en el Falcon, está vez por Chile, Uruguay y Paraguay. En uno de esos vuelos, tuvo la graciosa deferencia de acercarse en carne mortal a la prensa que lo acompaña. Qué emoción, ¡un corrillo con el mismísimo Líder Supremo de la España plurinacional!
El cronista del periódico de cámara reconoce contrito que Cara Delgá luce «cansado y mucho más delgado que de costumbre, tras mes y medio infernal por el caso Cerdán». Al leer el pasaje se empañó la mirada y hube de hacerme presto con un clínex. Oh, pobre alma pura, traicionada por unos malandrines a los que de nada conocía. Pero animémonos, hay magníficas noticias. La crónica aérea del Pravda concluye que Sánchez «ya hizo lo que se tenía que hacer» -es decir, nada- y «lo peor de la crisis ya pasó». Mi Persona cree que concluirá la legislatura (y yo también lo creo, puesto que carece de filtro moral alguno).
La crónica se torna hilarante cuando asegura que el presidente «no parece preocupado por posibles nuevas revelaciones de la UCO». Es decir, Cara Delgá no ha adelgazado hasta quedarse en el chasis por la montaña de limo que ha creado y permitido, sino porque ha dejado las patatillas fritas, o se ha pasado a la moda del ayuno intermitente.
Nos conmovemos de nuevo al leer que el bueno del presidente dice que siente «rabia» ante el hecho de que la corrupción «opaque la extraordinaria labor del Gobierno» (que consiste en levitar en el vacío, hacerle la rosca a los separatistas a costa de la pasta de todos los españoles, trucar los datos del paro e intentar aprobar leyes para atornillar a los jueces y periodistas de la «conjura ultra»).
Mi Persona aclara en el corrillo del Falcon que hay que distinguir entre los casos del PP, que «son corrupción sistémica», y los del PSOE, que «no lo son». ¿Y por qué? Pues porque así lo decreta él. Milagros de la doble moral de la izquierda. La política como si fuese un manifiesto hooligan de Almodóvar y Ana Belén.
(PD: Acaba de dimitir, acertadamente, la joven dirigente del PP que derrapó inventándose títulos universitarios que no tenía. Entonces, ¿por qué no debe dimitir un presidente que ha plagiado parte de su tesis doctoral con toda la jeta? Más milagros de la España «progresista»).











