¿Es Pedro Sánchez un tirano?
Me preguntan por qué llamo “tirano” a Pedro Sánchez y le respondo “porque reúne todos los rasgos del tirano, según los grandes filósofos y pensadores”.
La “mentira” es el principal síntoma de tiranía; la “falta de transparencia” es el segundo. El tercero es “rodearse de corruptos”. El cuarto es el desprecio al pueblo y a las leyes. El quinto es rodearse de corruptos y miserables. Los cinco son rasgos genuinos del sanchismo.
Quien piensa como un tirano y se comporta como un tirano, es un tirano.
Pedro Sánchez, con la ayuda de sus socios corruptos comunistas, vascos y catalanes, ha aprobado, reformas para atacar, coaccionar y reprimir a la prensa crítica, que es la única prensa de verdad. Todo lo demás es sometimiento, propaganda, relaciones públicas o acuerdo comercial.
Las sociedades enfermas de totalitarismo están dominadas por legiones de esclavos de alma corrompida, que obedecen ciegamente al líder que los colma de dinero y privilegios. No es fácil que esos malditos “zombis” entiendan que la mentira es un arma de destrucción masiva.
El sanchismo es un hábil reclutador de esclavos y zombis en los caladeros de la prensa, las fuerzas militares y policiales, la justicia corrompida y las mareas de corruptos que inundan España. Con ellos a su lado, el sanchismo ha creado sus fuerzas de choque.
Cada día está más claro que Pedro Sánchez es un vulgar tirano impregnado de corrupción. La mentira y el acoso a la prensa libre son rasgos definitorios de la autocracia. Sus malas compañías representan la prueba definitiva de su fe totalitaria.
El tirano Sánchez sabe que la transparencia del gobierno y la libertad de información, dos valores ausentes de su ideología, constituyen las primeras defensas contra la tiranía. También sabe que él es un tirano y por eso proclama con tanta frecuencia su fe en una democracia que odia.
Sus obras son la gran denuncia irrefutable de que es un tirano camuflado: acoso a la Justicia, indulto a criminales, reparto desigual y arbitrario de los recursos del Estado, cambio de leyes para beneficio propio y de los suyos, mentiras en cascada, despilfarro, endeudamiento, impuestos abusivos y estar rodeado de familiares y colaboradores imputados, investigados o altamente sospechosos de corrupción.
Los ataques de la prensa internacional no son una prueba contra Sánchez, pero si reflejan su mala imagen y desprestigio mundial. Hasta “Le Monde”, genuino portavoz de la izquierda progre, acaba de señalar el desgaste y el bloqueo de Pedro Sánchez por los escándalos de corrupción que le rodean.











