España podría estar cerca de sumar a su paisaje un nuevo coloso arquitectónico: una escultura metálica de 300 metros de altura en forma de toro bravo, concebida como futuro gran icono turístico nacional. La propuesta, impulsada por la Academia Española de Tauromaquia, busca replicar el efecto simbólico y económico que monumentos como la Torre Eiffel o la Estatua de la Libertad han tenido en sus respectivos países.

El proyecto, denominado “El Toro de España”, pretende situarse en una localidad con alta afluencia de visitantes y buena conectividad, generando empleo, actividad comercial y un polo de atracción cultural y turística. No tendrá coste alguno para las arcas públicas, ya que se financiará íntegramente mediante inversión privada, con beneficios compartidos con el municipio que ceda el suelo.

La escultura ofrecería miradores panorámicos en sus cuernos, desde los que se podrán contemplar vistas espectaculares. A sus pies, se habilitaría un complejo de uso turístico-cultural que incluiría restaurantes temáticos, tiendas, espacios expositivos y actividades centradas en la tauromaquia, declarada patrimonio cultural por la Ley 18/2013.

Aunque la capital fue el primer destino considerado, el Ayuntamiento de Madrid declinó acoger el proyecto, pese al respaldo inicial del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad. Tras este rechazo, la Academia ha iniciado contactos con otros municipios de la región y del resto de España, en busca del enclave ideal para una infraestructura única en el mundo.

La propuesta no solo aspira a redefinir la imagen de España ante el turismo internacional, sino también a reforzar el papel cultural del toro en la identidad nacional. Como recuerda Jorge Álvarez, presidente de la Academia, “todos los turistas se llevan un toro como recuerdo. ¿Por qué no darles uno que nunca puedan olvidar?”