Garrapatas y sanguijuelas
No existe en España persona ni personaje que suscite una animadversión y antipatía tan general y trasversal como Cristóbal Montoro. Se lo ha ganado a pulso. Por sus hechos pero incluso hasta más por sus formas. Amen de crujirnos, exprimirnos y maltratarnos lo hacía gozoso y con sonrisas torcidas, disfrutando de sus «hazañas». Que ahora parece que en efecto sí que lo disfrutaba de veras, pues sacaba personal tajada de ello.
La justicia dirá al cabo en qué queda, pero pinta más que feo y lo que por ahora se conoce, aunque no dejen de crear dudas esos ocho años de secreto y algunos rábanos cogidos por las hojas y por los pelos que pueden concluir en agua de borrajas, ha convertido la repugnancia en un absoluto y total enfado y unas ganas muy fuertes de que si hay pruebas y motivos, le saquen a él y a todos sus cómplices, hasta los hígados y las rejas de la cárcel le borren esa siniestra sonrisa con que nos amenazaba.
No tengo ni que contarles lo que todos más o menos hemos sufrido en nuestras carnes. No dudo de culpabilidades que las había y con razón les cayó la ley encima pero también hubo, y fueron legión y de todos los tramos, oficios y profesiones a quienes sin tener ninguna, por simples cambios de norma, ajuste de tuercas y retortijones de soga, se les aplicó el potro, se les revisaron hasta los menudillos y en muchos casos, ante la presión y el miedo a que podía ser peor, se «avinieron» al saqueo en forma de conformidad obligada. Y además medio señalados como delincuentes confesos cuando no habían ocultado ni pretendido estafar nada..
El desempeño en sus funciones de quien fuera ministro de Hacienda sobre todo en aquella durísima época de la crisis, fue de las que crearon mayor desafección entre quienes habían votado a su partido entonces presidido como el Gobierno por Mariano Rajoy. No se olvida que su primera medida fue subir los impuestos tras haber prometido bajarlos. Fue malo, pero peor aún la inquina que parecía destilar al ejecutarlo. No sé, en realidad, si en el podio de quienes han hecho más daño electoralmente al PP es Bárcenas o él quien estará en lo más alto. Veremos.
Desde luego lo que hoy no tiene es la simpatía de nadie y sí el malquerer de casi todos sin distinción de estatus ni ideología. Pero a sus culpas se añade ahora una que para muchas gentes, entre las que confieso me cuento, que cabrea ya hasta lo indecible: que esta garrapata sea la mayor y mejor de las coartadas para quien es hoy y ahora la peor y más grande de todas ellas y para toda la parva de sanguijuelas que nos están chupando la sangre a España y a todos quienes honradamente y con esfuerzo trabajan y se esfuerzan.
Que Montoro sea ahora el asidero del sanchismo y el nuevo comodín de Sánchez en su peor momento es algo que millones de españoles no van a perdonarle nunca. Y si se libra de la cárcel no sé si podrá pisar la calle. Son demasiados ya con quienes Montoro tiene una cuenta pendiente.












Como creo que el título del cometario no se corresponde con la realidad que en España nos está tocando vivir, yo sugiero y pido que alguien, en habla o lenguaje coloquial publique algo relativo a lo que se podría entender como mucha, poca o ninguna vergüenza. De lo que con relación a la VERGÜENZA se ha publicado y me han comentado, yo creo, entiendo y deduzco, en España (en lo que queda de lo que fue España) existe información documentada, con la que se podría acreditar, que en la actualidad en España, no solo existe más VERGÜENZA, que en todas las épocas… Leer más »
Ya quitó el sátrapa ZP, -otra garrapata y bien hinchadita que está-, los delitos de traición, sedición y enganche de millones a tus cuentas por malversación. Vixca Catalunya republicana. Y el muro de 6×6 en El Garraf, sin que pasae ni un puto lapicero xchino de aquí para allá ni de allí para acá. ¡¡¡¡¡¡España Independiente de la Katalonia felona!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!