Un gran evento va a suceder
Por Alberto González Fernández de Valderrama.- No quisiera ser alarmista, consciente de que la noticia que voy a dar podría provocar una avalancha humana de consecuencias imprevisibles en el lugar en el que está previsto que ocurra uno de los más importantes eventos que registrará la historia de España. No quisiera serlo, pues no quiero asumir responsabilidad alguna si tal aglomeración, que, sin duda alguna ocurrirá, produjera algún daño a alguna de las personas más sensibles y delicadas de salud que acudan a esta convocatoria. Pero será ineludible tal vez que las carreteras de acceso al recinto elegido se colapsen y que la emoción desbordada de los que consigan contemplar directamente el fenómeno pueda provocarles algún aturdimiento siquiera sea pasajero. Seré cauto y mediré mis palabras tratando de contener esta exaltación de mi espíritu que amenaza con estallar dentro de mi pecho antes de que logre articular la más mínima palabra o el más leve gemido. Denme un momento para que me siente, respire hondo y me enjugue las lágrimas que ya asoman por la comisura de mis párpados, porque si no consigo refrenar esta pasión que se ha adueñado de todo mi ser en el preciso instante en que me he propuesto revelarles esta gran noticia, solo borbotones de palabras ininteligibles saldrán del teclado de mi ordenador y no podrán entender nada, como si estuvieran leyendo uno de esos libros de la biblioteca infinita del imaginario borgiano, creada a base de letras aleatoriamente seleccionadas e impresas por una máquina incombustible con el objeto de que, por pura casualidad, alguna vez se tope un lector con el libro que cuente su propio futuro.
Pero no debo desviarme del asunto que me propongo. Mientras recordaba a Borges he ido recobrando fuerzas y serenidad suficientes como para atreverme a ir al grano y desvelarles de una vez por todas cuál será el evento que, si está en la voluntad divina que se produzca, sucederá en Medinaceli (Soria) el próximo día 8 de agosto a las 20 horas. Todo un bombazo, sin duda…
Se trata ni más ni menos que de la representación de la zarzuela “El Café de la Rima Ondulante”, estrenada el 9 de diciembre de 2023 en el centro de las Artes Paco de Lucía, de Alcobendas, que provocó, en algunas personas sensibles de las que abarrotaban el auditorio, unos ataques de risa que fueron escuchados a doscientos metros a la redonda paralizando el tráfico urbano.
¿Qué estoy exagerando?.. Tal vez. Estoy en mi derecho, puesto que soy el productor, el autor del libreto y uno de sus intérpretes. Pero yo no soy nada si me comparo con los demás que forman el elenco de “La Ondulancia”, empezando por el compositor de la partitura e intérprete pianista, Manuel Valencia, cuya genialidad reconocida se acredita en esta obra de un modo rotundo, patente, notorio y manifiesto. ¿Y qué decir de los actores y actrices, dotados no solo de esa gracia natural que solo unos pocos elegidos tienen porque nacieron con ella, sino también de unas maravillosas voces que impregnaban hasta a los mismos pañales? ¿Imaginaban los doctores que los trajeron al mundo que aquellos berridos se convertirían el día de mañana, debidamente adiestrados, en tan delicadas o potentes sonoridades?.. No; no podían imaginárselo. Y ustedes tampoco hasta que los vean y escuchen, si es que las carcajadas que a veces emitirán al contemplar las escenas tan disparatadas que sucederán en un viejo café de los años veinte no se lo impiden. Pero no acaba aquí la cosa: ocho miembros del coro y una pequeña orquesta inundarán la sala de hermosas melodías, desde las más típicas españolas hasta las más exóticas de inspiración oriental o americana, haciendo las delicias de todo buen amante de la música popular.
Ahora ya lo saben todo. Bueno: solo una pequeña parte; el resto lo conocerán en la hermosa villa de Medinaceli y el día señalado, aunque solo los que quepan en los estrechos límites del patio de su Palacio ducal. Los que no quepan que no se desconsuelen. El Gobierno algún día nos subvencionará lo suficiente como para que podamos representar esta obra, de considerable presupuesto, en muchos teatros y auditorios populares repartidos por los cuatro puntos cardinales de España. Estamos seguros de que esto también ocurrirá. Y es que nos encanta soñar, como al protagonista de esta comedia musical, un campeón en toda regla de las fabulaciones oníricas, que me llevó a añadir este subtítulo al libreto: “¡Qué bello es soñar!”.
¿Se apuntan ustedes?











