Cuando PP y PSOE no son la misma cosa
Ramón Pérez-Maura.- Tengo dicho que una de las pruebas de que la política del PP no debe ser desacertada es que algo diferente debes de estar haciendo cuando los votantes de Vox dicen que PP y PSOE son la misma cosa y los del PSOE dicen que el PP va de la mano de la que llaman ultraderecha de Vox. O lo uno o lo otro. Pero ambas cosas a la vez son imposibles. Y yo creo que no es ni lo uno, ni lo otro.
Ayer tuvimos en los cursos de verano del CEU-María Cristina en El Escorial una clarificadora intervención de Alberto Núñez Feijóo que inmediatamente fue descalificada por los comentaristas más voxistas de este periódico. Cuando Feijóo dice cosas que no les gustan, lo critican. Lo que sin duda es lógico. Pero cuando dice cosas que en teoría comparten se limitan a decir que no le creen. Así es muy difícil hacer política.
En el discurso de clausura del congreso del PP, Feijóo dijo con toda claridad que él sólo levanta una barrera ante Bildu y desde luego no ante Vox. Como es lógico, el PP, igual que Vox, aspira a gobernar en solitario. Otra cosa es que las circunstancias se lo permitan. Desde luego lo que es un disparate es lo que ha dicho el secretario general del PP, Miguel Tellado, de que si no pueden gobernar en solitario habría que repetir elecciones. Como cumplan esa estrategia el disgusto puede ser todavía mayor.
El diálogo de El Escorial entre Alberto Núñez Feijóo y Bieito Rubido demostró dónde está el Partido Popular para quien quiera entender. Habló de un plan de regeneración institucional y democrática que implicaría modificar el Código Penal para recuperar el delito de sedición, añadir el delito de referéndum ilegal, aumentar las penas por malversación e imposibilitar que el Gobierno pueda indultar por corrupción política a ningún político condenado. Esto último no se lo he oído a ningún político español que roce el poder. Propuso encargar a la Real Academia de la Historia el temario de esa asignatura en los colegios. Y con una lógica aplastante dijo que el no presentar presupuestos a las Cortes debe implicar la convocatoria de elecciones, aunque la puesta en práctica de esa iniciativa es complicada. Y después de lo que estamos viviendo con don Alvarone, habló de una reforma del Estatuto del Ministerio Fiscal. Me gustaría saber, de todo esto, en qué discrepa Vox. Y ya sé la respuesta, como no discrepan, su único argumento es que no le creen. Grande.
Respecto a lo que dijo de política migratoria estoy de acuerdo con su filosofía: «La inmigración ha de ser regular. La inmigración irregular, lo que es irregular, no puede producir derechos. Hemos de aplicar las leyes. Necesitamos inmigración regular, eso sí, que se integre en la cultura española, que acepte la Constitución y el ordenamiento jurídico y que lo cumpla. Y la inmigración irregular que viene a incumplir las leyes o a vivir de las políticas sociales evidentemente no van a ser bienvenidos en el país». A mí eso me parece perfecto. Con lo que tengo serias dudas es con que «un inmigrante irregular que delinque en España tiene que ser deportado de forma inmediata». Hombre, si es por un hurto, estoy de acuerdo. Pero cuando se cometen delitos mayores con penas de prisión prolongadas, creo que sería deseable que cumpliese su pena aquí y después fuese expulsado de España sin más trámites.
Creo que Núñez Feijóo fue muy claro ayer. Y a quienes no le van a creer, da igual lo que les diga.













Pasa que la confianza es una cosa muy delicada, que si se pierde, es dificilísimo recuperarla. Y,en cuanto al Pp, esto es lo que pasó con Mariano Rajoy que no “enmendó la plana” de la política española teniendo aquella mayoría absoluta…que nunca más volverá. Esto, dicho de manera contenida, porque dada la indignación que causó tal actitud entre la mayoría de los españoles, merecería calificativos más contundentes.
O quizá , y en conjunto, la “Transición” ha sido un tránsito al “ad inferos” que es donde estamos.