Inmigrantes magrebíes se han organizado con armas blancas, piedras y palos para salir a por españoles entre mensajes de «¡Vamos, hermanos!», «¡Adelante!» o «¡Allah Akbar!», según la traducción de Grok de un vídeo difundido en las redes sociales.

Las últimas noches en Torre Pacheco (Murcia) han quedado marcadas por una explosión de violencia sin precedentes. Grupos de inmigrantes, en su mayoría de origen marroquí, han protagonizado una serie de ataques perfectamente coordinados contra ciudadanos españoles que se manifestaban de forma pacífica tras la brutal agresión sufrida por un vecino de 68 años días antes.

Videos grabados por los propios testigos muestran cómo los agresores actuaron en bloque, armados con objetos contundentes y lanzando piedras sin mediar palabra. En medio del caos, se oyeron gritos en árabe llamando a la acción colectiva y frases de carácter religioso o combativo, lo que muchos interpretan como un intento deliberado de sembrar el miedo y la división.

Uno de los momentos más impactantes se produjo cuando varios de los atacantes rodearon a un manifestante y lo golpearon hasta dejarlo tendido en el suelo, con una profunda herida en la cabeza. A su alrededor, el desconcierto y el miedo se apoderaron de los presentes, que corrieron buscando refugio ante una violencia inesperada y masiva.

Las fuerzas de seguridad, aunque desplegadas en la zona, se vieron superadas por la rapidez y agresividad del ataque. La Policía Nacional y la Guardia Civil trataron de contener los disturbios, pero no lograron frenar la ofensiva de los grupos que actuaban de forma organizada y que incluso portaban banderas de Marruecos, en una muestra evidente de desafío.

Vecinos del municipio denuncian que estos hechos no son aislados y que existe un clima de creciente inseguridad ante la impunidad con la que algunos colectivos actúan. «No se trató de una pelea ni de una reacción espontánea. Vinieron preparados para atacar, como si buscaran hacer daño por el simple hecho de ser españoles», asegura uno de los residentes, que prefiere mantener el anonimato por miedo a represalias.

La tensión en Torre Pacheco no hace más que aumentar mientras las versiones oficiales intentan minimizar la gravedad de lo ocurrido o desviar el foco hacia supuestos elementos radicales entre los manifestantes. Sin embargo, las imágenes y los testimonios desmontan esa narrativa: el ataque fue organizado, planificado y ejecutado con violencia premeditada.