Vueltas a la noria cuando todo está clarísimo
Luís Ventoso.- Resumen para el que ande con prisa: vivimos bajo el Frente Popular 2, donde se alían socialistas, comunistas y separatistas para que no gobierne jamás la derecha. Por eso Sánchez no caerá ni de coña.
Para quien quiera la versión larga:
1.-Zapatero, consciente de que era un zote con la economía, trazó dos sencillas estrategias para blindar el futuro del PSOE: A.- Reabrir el guerracivilismo, echar sal a la confrontación ideológica entre españoles. B.- Establecer una alianza entre los socialistas y los separatistas antiespañoles, a fin de arrinconar para siempre a la derecha tras un «cordón sanitario».
2.- La estrategia de Zapatero funcionaba. Pero se cruzó un cisne negro, un imprevisto: la crisis de 2008, que se llevó al PSOE por delante en las urnas por su irresponsabilidad económica.
3.- La crisis dio su oportunidad a Mariano tras dos pinchazos electorales contra Zapatero. En 2011, a la tercera, logró una gran mayoría absoluta frente a Rubalcaba. Ante los agobios de la crisis, y por propio temperamento, Rajoy se centró en la economía. Se desentendió del frente ideológico, dejando intacta casi toda la carcasa del zapaterismo (los ministros que intentaron desmontarla, Gallardón y Wert, acabaron laminados).
4.- Con el dolor de la crisis florecieron unos resultones partidos nuevos que desfondaron al bipartidismo. PP y PSOE pasaron a estar lejos de las mayorías absolutas. Al PSOE lo menguó la extrema izquierda de Podemos, cuya radicalidad acabó adoptando Sánchez. Al PP lo mermó Vox, que en principio nacía como una escisión del PP ante a la morosidad rajoyista frente al nacionalismo y la ingeniería social de la izquierda. Más tarde Vox ha ido evolucionando a una línea menos liberal, militantemente antieuropeísta y en guerra abierta contra el PP, pues sabe que mientras exista no podrá aspirar al primer puesto. Hoy muestra casi más interés en desfondar al PP que en el relevo de Sánchez. Calculan que si perdura el sanchismo y la situación se vuelve desesperada podría llegar la hora de su auténtico despegue.
5.- Una vez en el poder, Sánchez retoma el plan zapaterista del Frente Popular 2, pero aporta una novedad de índole personal: se trata del líder más desacomplejadamente amoral y mentiroso de la democracia española. Se fuma todas sus promesas y acaba gobernando con el apoyo de comunistas y separatistas, incluido el partido de ETA y los dos que dieron el golpe catalán de 2017 (a los que él mismo había combatido solo unos meses antes de enviar a Ábalos y Cerdán a negociar entre tinieblas el derribo del gobierno constitucionalista de Rajoy).
6.- Sánchez, con todo su narcisismo, es en realidad un peso pluma electoral. Sus resultados son flojos. Llegó al poder en junio de 2018 con solo 85 escaños. Ha gobernado 33 meses –casi tres años de los que lleva en el poder– sin que el PSOE fuese la fuerza más votada. En su mejor desempeño logró solo 123 escaños (se quedó a 53 de la mayoría absoluta, con 14 menos de Feijóo en su victoria de 2023). La consecuencia de la sopa de siglas y la debilidad electoral de Sánchez es que España lleva dos años sin Presupuestos, que son la razón de ser de todo Gobierno. Además, sufrimos la anomalía anticonstitucional de seguir con los de una legislatura anterior.
7.- Si la gente no te vota necesitas aliados externos para conseguir el poder. El problema de España es que Sánchez ha aparcado todo escrúpulo a la hora de obtenerlos. O mejor: de comprarlos. Para dormir en la Moncloa ha perpetrado varias felonías que se daban por imposibles: compró el apoyo del partido de ETA con la salida de asesinos y con el TC revisando una decisión del Supremo para favorecer a Otegui; compró el apoyo de Puigdemont con la amnistía; compró el apoyo de Podemos y Sumar regalando carteras ministeriales a novatos radicales; compró el apoyo de Junqueras sacándolo de la cárcel y con la promesa de un cuponazo catalán.
8.- Existe una comunión de intereses absoluta entre Sánchez y sus aliados comunistas y antiespañoles. No romperán jamás. Sánchez aspira a perpetuarse, a cualquier precio, y los que lo sostienen quieren cobrarse esa carísima factura para ir dando pasitos hacia la independencia. Si mañana lo pillasen atracando un banco con una pistola humeante, Sánchez pretextaría que todo es una conjura de «la derecha y la ultraderecha»… y pelillos a la mar.
9.- A Sánchez todo le resbala y es capaz de cualquier cosa. Faz de acero inoxidable: «Soy un político limpio que lidera un partido ejemplar», se jactaba ayer en el Congreso. «¡Sé que usted es honrado!», le decía a voces desde la tribuna una alborotada Yolanda (todo por mi berlina oficial, mi dacha en el Viso y mis mechas de pelu cara). «El oso está más vivo que nunca», celebraba en TVE una cronista del NODO, antaño Telediario.
10.- La única vía para echarlo son las elecciones de 2027, que si los lixiviados del caso PSOE rebosan podrían adelantarse a finales de 2026 (las grabaciones de Koldo pueden darle todavía el susto de su vida al zombi de la Moncloa). Invita a la melancolía que PP y Vox estén ya a leche limpia, repitiendo peleíta que salvó a Sánchez en los muy extraños comicios de 2023.











