¿A qué teme el jefe de la banda para aferrarse al poder contra la voluntad soberana del pueblo español?
AR.- He aquí la paradoja: el jefe de la banda quiere salvar de la derecha a la misma población a la que hurta el derecho democrático de votar, de forma abrumadoramente mayoritaria, a esa misma derecha. La cuestión es mucho más simple: el jefe de la banda no suelta el poder porque perdería todos los instrumentos de los que aún dispone contra el cerco judicial que se estrecha en torno a él, su familia y el partido que lidera. Para el jefe de la banda, su parapeto personal es infinitamente más importante que el interés general de una nación harta de ladrones, mafiosos y puteros.
Tendría gracia que, con la aritmética parlamentaria en la mano, el PP tuviese que ser el único partido que para gobernar España necesitase una mayoría absoluta en número de escaños. Por otra parte, no soy sospechoso de contemporizar con los de Abascal y es por ello que, frente a los que criminalizan un posible acuerdo de gobierno entre PP y Vox, deba preguntarles por qué el partido, hasta hace unos días en manos de Cerdán, tuvo barra libre para pactar con los herederos políticos de ETA, mientras al PP se le exige renunciar al poder antes de gobernar con el apoyo de Vox. ¿Quizás porque en el fondo saben que el oso es bastante manso y que la retórica de Vox es solamente eso?
Ingenuamente alcanzamos a creer en la sinceridad de los fedatarios de los proclamados “valores democráticos” cuando machaconamente defendían la infabilidad de los votantes. “El pueblo siempre tiene razón”, sentenciaban los trápalas. Ahora se ha visto que no, que también en eso nos engañaron, que lo que quisieron decir es que hay votos buenos y votos malos, votantes con y sin pedigrí democrático, que solo votando lo que ellos quieren se tiene derecho a gozar de la respetabilidad cívica que se concede, por ejemplo, a los votantes de partidos que promueven la insurrección golpista o cuyos dirigentes han vivido durante años en permanente roce con el terrorismo.
Ahora ya sabemos que el concepto que estos mafiosos tienen de la democracia española es bastante restrictivo. Millones de españoles han votado a Vox. Si nos atenemos al diagnóstico que hace la izquierda, nos encontramos ante una masa de gente enajenada que delira cuando vota y que necesita ser guiada y conducida al redil de los ciudadanos ejemplares.
Si aceptamos la lógica democrática como la mejor de cuantas han sido creadas por el hombre para regirse políticamente, o la menos mala, no debería ser un buen negocio criminalizar a los votantes ni establecer que hay asuntos de la vida pública que no pueden ser discutidos ni aún menos cuestionados. Establecer “cordones sanitarios” en torno a Vox sería tanto como expulsar a sus millones de votantes de nuestro espacio de convivencia.
Lo que hacen estos días las mafias progresistas es convertir en anatema las consecuencias y no las causas por las que millones de españoles huyen de las ofertas políticas tradicionales para echarse en los brazos de partidos que a ellas no les gustan.
Se nos dice por un lado que cualquier cosa considerada justa puede discutirse, defenderse o refutarse pacíficamente; que hasta la independencia de algunos territorios puede lograrse si es a través de los mecanismos que contempla la propia ley. Por otro lado, se criminaliza a Vox por mantener un punto de vista distinto al oficial sobre determinados temas de orden moral, que se consideran indiscutibles. Se dice por ejemplo que Vox no acepta los valores de la Unión Europea. ¿Y cuáles son esos valores? No los del cristianismo, sino los del colectivo LGTBI, nos responden. Y en ese contexto, ¿puede sorprender que millones de europeos estén alineados con el punto de vista de Putin?
Si esta gente se atuviese a un diagnóstico real, si conectaran con la calle, si conocieran más el alma española, comprenderían que el voto a Vox ha sido sobre todo una OPA a la imposición de la narrativa oficial de la izquierda, a una forma de ser y de gobernar, de vivir y de hacer, de pensar y de alterar conciencias, que muchos electores han rechazado sin contemplaciones. Lo que debería preocupar a la izquierda es la inquietante paradoja de que ni con toda su artillería mediática y propagandista, haya conseguido que millones de españoles sucumban a sus fétidos ideales en cuestiones morales.
La democracia busca la participación de todos los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica –cfr. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia , N.º 406–. No es fácil respetar y vivir esa democracia, sobre todo cuando políticos y periodistas se dedican a criminalizar a quienes votan opciones distintas para hacer frente a problemas reales.
La democracia no es una concepción de la vida ajena a los valores, que son fundamentales y globales, y entrañan una fraternidad universal. Cuando esos valores se desintegran, la propia democracia entra en una profunda crisis de identidad. La Constitución de 1978, a diferencia de la norteamericana, se edificó sobre valores que fueron negociados y otros aún más genuinos que simplemente han sido desde entonces ignorados o relegados.
Una auténtica democracia, como la que la izquierda no quiso nunca defender, no es solo resultado de un respeto formal a las reglas, sino el fruto de una aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona, el respeto de los derechos de cada español a proclamar y defender su identidad en cualquier parte de nuestro territorio nacional, la asunción del “bien común” como fin y criterio regulador de la vida política. Al faltar el consenso general de estos valores entre las mafias progresistas, España ha perdido el significado de la democracia y se ha llegado incluso a comprometer su estabilidad. Esa es la razón principal de que Vox, en menos de 10 años, haya pasado de ser una fuerza residual a ocupar 33 asientos en el Congreso.
Si los que nos alertan sobre Vox quieren ser creíbles, comiencen por combatir el virus mortífero y no al enfermo que padece sus consecuencias.
¡Respeten la voluntad soberana del pueblo español!












A ir a la cárcel cuando deje de estar aforado? Seguro. Y los de la sopa de letras también. La primera, Yolanda, Yolanda, corrupta hasta la médula, Engendra de D. Teflón, chupóptera asquerosa y arrastrada donde las haya. Maquilladora profesional del paro real. Una escoria parida de CCOO qu está a la espera de la Ley Bolaños para ocupar cargo de Fiscal. PNV, BILDU, ERC, Podemos, Sumar, Junts, los MAS y los MENOs…..toda la sopa de letras a la Cárcel. La Yoli a planchar en Soto del Real los calzoncillos de Cerdan.
Ya hemos visto la cantidad de chanchullos con los que “trabaja” esa gente, la verdad que es imposible que sea peor. Aunque seguramente tengan secretos mucho más macabros en su chistera siniestra. Rebobinemos un poco hasta 2004 a ver…
De mal en peor: Felipe González “Pinocho” por lo de la nariz, porque mentía mucho. José Luis Rodríguez “el Negrófilo” porque se pasó todo el rato buscando los restos de Federico García Lorca para hacerse la inmortal y universal foto, el que afirmó un día antes de las Elecciones Generales “que iba a ser una victoria por sorpresa”: al día siguiente el 11 de marzo la masacre de 193 asesinados. Pedro Sánchez “el Mentiroso” y con eso está dicho todo: lo que a salido, lo que saldrá y lo que ni ha salido ni saldrá. José María Aznar “Charlotín”, el… Leer más »
la voluntad soberana….cómo se demuestra que somos mayoría ?
Los separatistas son intocables,:mande quien mande ellos tienen la sartén por el mango. Desde sus cuatelillos de retaguardia lo manejan todo y son nidos de ratas que odian a España y a la igualdad entre los hombres
A tener todo el dinero que ha robado a España, en sus paraisos fiscales, fuera del control de la UCO.
Porque algunos, ya los tiene pillados la UCO.
Y los podria perder el dia de mañana.
Y por supuesto, el Falcon siempre con el deposito de gasolina, lleno.
Los cazas del ejercito del aire español, debin tener un seguimiento constante del falcon, por si es necesario derribarlo.
Eso, si se niega a atrrizar, y sacar de alli al galgo de paiporta, y todo, TODO el dinero u oro que lleve.
Honor a España.