Mientras la industria de la fertilidad en Australia enfrenta un creciente escándalo, una mujer concebida con un donante habló sobre el horror de descubrir que tiene cientos de hermanos.

Conclusiones clave

Katherine Dawson, una mujer concebida con un donante de semen, habló en un podcast reciente sobre el descubrimiento de que tiene más de 700 hermanos.

Las víctimas de la industria de la fertilidad en Australia han hablado cada vez más sobre problemas como haber sido embarazadas con el esperma equivocado o haber recibido donantes que engendran miles de niños.

La falta de regulación de la industria de la fertilidad ha permitido que estos problemas prosperen.

Los detalles

En una entrevista con The Briefing, Dawson habló sobre su historia de concepción y cómo descubrió quién era su padre biológico. Anteriormente, había dicho que siempre supo que había sido concebida mediante fertilización in vitro, lo cual inicialmente descartó como un aspecto interesante de su historia. Al principio, no tenía ningún interés en descubrir quién era su padre biológico.

«Supuse que sería un hombre agradable, generoso y sano porque eso es lo que anuncian», dijo, refiriéndose a las clínicas de FIV. «No te crees que hay mentiras».

Todo cambió tras la muerte de su madre, y empezó a preguntarse si tenía medio hermanos. En una conferencia para familias concebidas con donación en 2015, conoció a una mujer que se parecía a ella, pero sus códigos de donante no coincidían, así que asumió que no podían ser parientes. Al registrarse en un sitio web de ascendencia y subir su ADN, se demostró que estaba equivocada: esa mujer era su medio hermana. Y no era la única.

A medida que continuó buscando más hermanos, se dio cuenta de que todos tenían códigos de donantes diferentes y eran de dos compañías diferentes en la industria de fertilidad australiana: Melbourne IVF (que es propiedad de Virtus Health) y Monash IVF.

Finalmente, pudo encontrar a su padre biológico y conocerlo, y él le confesó lo que había hecho. «Cuando lo conocí, me contó que había usado siete nombres falsos en cuatro hospitales y seis clínicas», declaró a The Briefing. «Así que, en cierto modo, lo usaba como un negocio secundario. En esencia, usaba la concepción con donación para ganar dinero extra».

Con esa información y el número de clínicas y hospitales a través de los cuales admitió haber donado, pudo estimar que tiene más de 700 hermanos.

«Mis estimaciones son conservadoras», dijo. «Un solo código de donante tiene 22 familias y 33 hermanos».

Alejar

La industria de fertilidad australiana se ha visto envuelta en una controversia en los últimos años, a medida que más y más personas afectadas hablan al respecto.

Una empresa, Queensland Fertility Group (QFG), fue acusada de implantar espermatozoides erróneos en pacientes y permitir que los donantes donaran cientos de veces , lo que generó miles de hijos . Se sabe que un hombre, el Donante 59, donó esperma 325 veces en tan solo cinco años. Cada donación de esperma puede dividirse en cuatro ampollas, y de cada una de ellas se puede crear más de un embrión. Esto significa que el Donante 59 puede tener hasta 5200 hijos.

Monash ha sido acusado de implantar embriones equivocados en sus clientes –lo que significa que las mujeres dieron a luz a los niños equivocados– y también se vio obligado a aceptar 56 millones de dólares tras destruir indebidamente embriones sanos.

Virtus, por su parte, utiliza inteligencia artificial (IA) para eliminar los embriones “no aptos”, que son destruidos simplemente porque un programa informático no los calificó lo suficientemente alto.

El resultado final

Los niños concebidos mediante donantes han estado hablando a medida que llegan a la edad adulta, mientras que la industria de la fertilidad trata a los niños como productos para ser creados y luego vendidos a posibles padres… y en el camino, nadie se detiene a considerar cómo esto afecta a los seres humanos reales que no tuvieron voz ni voto en el asunto.

Como dijo Lyndal Bubke, quien fue concebida en QFG: “No creo que alguna vez nos hayamos detenido a pensar en los costos de tener el hijo biológico de otra persona y no conocer a esa persona”.