Trump pasa la factura de Sánchez a todos los españoles
No le hizo falta mencionarlo por su nombre, Donald Trump se refirió a España, es decir, a Pedro Sánchez, como un miembro insolidario, injusto, que dice que se niega a pagar el 5 % comprometido en defensa (en los próximos 10 años), pero que, diga lo que diga, él se ocupará de que lo haga.
El presidente de Estados Unidos insistió en rueda de prensa, (de las de verdad, con preguntas y respuestas concretas) en el caso español y con aplomo garantizó: «Pagará, al final, pagará. Me encargaré de que lo haga y será el doble». A mayor abundancia, Trump amenazó con castigar a España con una guerra comercial. ¿Por qué? Por la actitud de Sánchez que hasta el final insistió en que el desembolso será del 2,1 % del PIB, pese a haber firmado lo contrario.
Giorgia Meloni no ocultó su asombro con la conducta de Sánchez. «Italia ha hecho como España, que ha firmado el mismo documento que nosotros. Creo que no he escuchado en la intervención de nadie esta mañana temas polémicos o discordantes. Comunico oficialmente que hemos hecho como España o España ha hecho como nosotros, no lo sé, pero los 32 hemos hecho lo mismo».
El relato de Sánchez, personaje desdibujado en la Cumbre de La Haya, por no decir marginado, se desmoronó ante las cámaras del mundo entero. El presidente del Gobierno llegó a la Cumbre de la OTAN, como los 32, con todo firmado y bien firmado. La declaración conjunta no tuvo excepciones, pero él no se apartó un ápice de su discurso de cínico rebelde que jugaba a presumir de doblarle la mano al presidente de Estados Unidos.
En realidad, sus palabras, sus gestos, su actitud, su salir a punto de entrar al trote para no tropezarse con el presidente de Estados Unidos, resultaban ridículas cuando no lastimosas. La declaración de la OTAN estaba ratificada por todos los países miembros de la Alianza Atlántica antes de que Sánchez se bajará del avión en La Haya. El texto no deja espacio para la duda, los compromisos adquiridos tienen una fecha límite, planes a presentar anuales y revisiones establecidas. Hay 10 años por delante para alcanzar la meta del 5 %. Para Italia y Francia, por citar dos casos en situaciones parecidas, el desafío es mayor que el de otros, pero Macron y Meloni actúan como estadistas, despojados de intereses particulares y lejos de una retórica de consumo interno ventajista. Nada que ver con Pedro Sánchez.
España sólo es diferente al resto de Europa en que le tiene a él en el Gobierno. Sánchez pierde el norte, ofende a sus socios, implosiona el PSOE y el Gobierno con bombas de corrupción y lleva el país a una situación vergonzosa, pero nada es gratis. Como dijo Donald Trump, habrá que pagar. Quizás será el doble como anticipó el americano más poderoso del planeta y la cuenta la pasará en una negociación directa –esto sí es una excepción– con España. Es lo que hay, el problema es que la factura es de Sánchez y sin embargo, la tendremos que pagar todos los españoles.











