Marcos Pérez: el final de una etapa y el comienzo de otra
La cuadrilla del Búcaro.- Ni la encerrona en Las Ventas era la cita definitiva ni lo será la alternativa en Nimes del próximo viernes. Son el final de una etapa y el comienzo de otra. Esta temporada la seguirá teniendo de rodaje, aprendizaje en el máximo escalafón, y tarde o temprano, pese a la perfecta planificación de una carrera de fondo, tendrá que vérselas con el de las barbas si quiere ser figura del toreo. Todos han tenido que demostrar que lo son en algún momento de sus carreras, especialmente en sus comienzos , para después administrar sus carreras de figura con diferentes talantes, rentabilizando triunfos y planificando esfuerzos para seguir arriba.
Marcos Pérez apunta a figura, como otros tantos que ilusionaron en su juventud y se quedaron en el camino. Las comparaciones con El Juli son temibles, pues Julianes hay muy pocos, y este chico se expone a un escrutinio duro y sin paños calientes, sin merecerlo. Él tiene su camino y el depósito de valor y la suerte marcarán los tiempos. Tiene su crédito, su cuota de novedad en el mercado, pero en el toreo eso se olvida rápido y es costumbre ensalzar proyectos para luego tumbarlos.
De matador se le va a medir, en algunos sitios con especial saña, tendrá más margen que otros que llegan, pero el toro pone o debe colocar todo en su sitio.
Tiene que profundizar en su concepto, en su capacidad de vender una incipiente historia, crear su marca singular para llegar a los públicos, un actor genuino y diferente. Si lo consigue tendrá opciones, y si no llega a ese punto, desaparecerá como otro más que estuvo y no fue.
Por de pronto, ha conseguido llenar Las Ventas de novillero, y ha ganado más tela en su última tarde de novillero que la mitad del escalafón entero en toda la temporada. De aquel rabo en Sevilla siendo becerrista ya no se acuerda nadie.
Suerte y al toro.











