¿Quién más te ha grabado, Pedro?

El rey de Marruecos humilla a Pedro Sánchez y a España colocando la bandera española al revés en un acto oficial. Sánchez ni protestó.
Jorge Sanz Casillas.- Aunque el pasado miércoles Pedro Sánchez culpó de las desigualdades de nuestro país a la «crisis financiera y la respuesta neoliberal», no es mal día para recordar que el tahúr de Pozuelo lleva como presidente casi 200 días más de los que estuvo Mariano Rajoy. Sirva este pequeño inciso para denunciar la estafa en que vivimos, pues tenemos un presidente que dedicó su primer mandato a solucionar los problemas legales del separatismo y va camino de gastar el segundo en resolver los suyos y los de su familia. Quizá por eso —porque el tiempo vuela y las energías no se han puesto donde debería— aumenta la desigualdad, crecen las listas de espera sanitaria y los trenes se paran.
De acuerdo con la encuesta que publicamos hoy, más de la mitad de los españoles cree que los mensajes publicados entre Sánchez y Ábalos deberían tener «consecuencias», que debe ser la misma mitad que vive asqueada con la España que nos está legando la banda del Peugeot.
Porque de los mensajes entre Pedro Sánchez y el hombre que puso letra y voz a su moción de censura lo que menos me inquieta es el contenido, sino el hecho de que los tuviera bajo llave un portero de puticlub en excedencia como Koldo. ¿Qué ha fallado en el sistema para que semejantes perfiles lleguen a las más altas encomiendas del Estado? Porque hagamos recuento: José Luis Ábalos es un maestro de escuela que apenas llegó a ejercer. Santos Cerdán es técnico en electrónica y de Koldo, qué decir. A este casting ruinoso súmale Juanma Serrano, el amigote de Sánchez que acabó presidiendo Correos para dejar, al cabo de un lustro, un agujero de 1.200 millones de euros.
Con semejante capital humano no es de extrañar el deterioro que estamos experimentando. Uno podía intuir, repasando los currículums, que no estábamos en las mejores manos, al menos académicamente hablando. Sin embargo, uno puede cubrir sus lagunas formativas con una buena predisposición, rodeándose bien y con algo de ética, cosa que queda definitivamente descartada a la vista de los mensajes. ¿En qué momento piensas que es buena idea almacenar los whatsapps de alguien que se supone que es tu amigo? ¿En qué momento decides pertrecharte con las conversaciones privadas del hombre al que custodiaste los avales y elogió tu entrega en su Manual de Resistencia?
Toda la vida pensando que era Marruecos quien tenía bien agarrado a Sánchez por el móvil y resulta que era este «referente político» de «corazón comprometido» —como lo definió Sánchez en su cuenta de Facebook hace no tanto— el que le tenía grabado. A la vista de que en la banda del Peugeot no eran ni más honrados (ni más amigos) que aquellos a los que venían a reemplazar, cabe preguntarse: ¿Alguien más te ha grabado, Pedro?











