La corrupción es ya metástasis en el sanchismo
La proliferación por todo el cuerpo socialista de los casos de corrupción, no supone, aunque algunos opináticos ocasionales y ocasionados no lo crean así, que unos tapan a otros. No. Lo que provoca es la expansión del cáncer por todo el organismo hasta convertirse en metástasis irreversible y terminal. Y ese y no otro es el estado actual del sanchismo, donde PSOE y Gobierno son un mismo revoltijo bajo la bota de un único caudillo de cuyos cordones penden todos.
El caso Begoña, por cierto desaparecida desde hace más de cinco meses, no ha asomado por lugar alguno desde que compareció como imputada en el juzgado el día 19 de diciembre del año pasado, no tapa en absoluto al del ‘Hermanísimo’ que ahora se expande al presidente de la Diputación y cabeza del socialismo extremeño en empavorecida huida hacia el aforamiento. Y los retardos que pretenden, tanto en este como en todos los demás casos, lo único que hacen es extender aún más la infección y agravarla.
Ninguno de estos dos asuntos opacan tampoco a los que protagoniza la ‘Banda del Peugot’, Ábalos, Koldo y Cerdán, el trío escolta y fundacional de la ‘familia’ que se hizo con el poder en el PSOE y luego, aliado con las otras, separatistas, bildu y extremas izquierdas varias, se pusieron a repartirse la tarta como en aquella escena en La Habana y sin que falte un solo, y menos aún la carne, de los ingredientes de aquel pastel.
De esa foto de los tres que tanto suena a aquella de Uno de los nuestros donde estaba también el cuatro, que era el 1, dos ya van en reata hacia el banquillo y el tercero está en la capilla farfullando la salmodia consabida de que todo es mentira y que hay una conspiración sideral de Guardia Civil, jueces, periodistas y hasta votantes de Eurovisión contra ellos.
Pero esa imagen es cada vez más la placa radiográfica del cáncer, de la metástasis del sanchismo. Según se vaya haciendo y prospectando por los demás órganos irán apareciendo las células afectadas, que una a una irán aflorando. La Pardo de Vera no será la última sino más bien la primera y para mí que, a su debido tiempo Armengol, Torres, Marlaska y toda una larga recua se verán obligados a ‘dar la cara’.
Que lo haya hecho ahora por Canarias estaba dentro de la previsión genético-política. Que lo hagan por Canarias era casi obligado. Es el sustrato más propicio a tenor por los antecedentes, aunque ya nos parezca algo lejano aquello tan zafio del Tito Berni, con una impronta similar a la del nuevo personaje, el expresidente del Parlamento canario y primer mesnadero del sanchismo en las islas. Sus conversaciones con un preboste de los bajos fondos narcotraficantes reflejan a la perfección la ‘ideología’ de esta tropa de la que hace alarde él mismo al presentarse, que no se mete en guerra alguna si no hay «dinero que ganar» por medio y donde su genuflexión ante el capo libanés deja a aquel senador americano del Padrino II ante Michael Corleone como alguien incluso más digno.
El intento, cada vez más desesperado, de tapar la peste que todo este revoltijo de basura expande lo que ocasiona, encima, son contagios. Es ejemplar el caso del fiscal general del Estado, «su fiscal» en posesivas palabras del propio Sánchez, imputado, y por unanimidad de la Sala del Tribunal Supremo por, presuntamente y por ahora, incurrir él en prácticas delictivas y que, además, en cuanto puede convierte a la Fiscalía en el principal abogado defensor de los imputados si son de la parva.
Pudiera dar la impresión de que nada de todo ello acabará culminando, pero para nada es eso. Al revés. Cuando más tiempo dura y persiste la erupción de mierda más aumenta el magma hediondo descendiendo por las laderas y cuando más se intenta detenerlo más se ensanchan, y nunca mejor dicho, las lenguas. La lava les va al alcance. Ya llega a los escalones del propio Palacio de la Moncloa. La sensación interna es de una zozobra cada vez mayor, que la ristra de WhatsApp de Ábalos, y los que andan revoloteando antes de posarse, ha llevado la angustia a los que ya han salido y a los que saben que pueden hacerlo mañana.
La percepción de hoy es ya muy diferente a la de hace un mes. Pocos creen lo que antes pregonaban y muy pocos que no vamos a las urnas hasta el 2027.
Es por ello que en estos últimos días se está produciendo el toque a rebato a acelerar lo que creen que puede salvarlos. Pervertir las leyes y las normas y hasta el propio acceso a la condición de juez, cambiando la oposición por un concurso de enchufes y arrimo a la «causa». En junio Pumpido aprobará la amnistía y están acelerando para que puedan votar medio millón de emigrantes recién llegados. Pero lo primero va a pegarse contra los cables judiciales de España y de la Unión Europea y en lo segundo el tiro les puede salir por la culata. El tiempo se les agota y sienten que les corre cada vez más deprisa.
Ellos se creen el CIS menos que nadie. Perciben el disgusto y la repulsión que aumentan cada día. Patxi López, cuya idiocia solo es superada por su amarre al poder y carencia de toda ética, lealtad y principios lo ha preguntado «¿Por que nos odian tanto?». La respuesta es simple. El odio lo han sembrado ellos y la repugnancia que provocan a quienes no tienen abducidos se la ganan cada día y a cada paso a base de traiciones, corrupción, mentiras. Quizá eso le parezca cosa de nada. Al cabo, él duerme acostado con Bildu.