España, destrozada por sus enemigos internos
España es un país maltratado y desgraciado por su clase política gobernante, que la ha llenado de corrupción, abuso de poder, delincuencia, injusticia, impuestos abusivos y legiones de ordeñadores del Estado que están dejando a la nación seca.
España tiene más políticos en activo que Francia, Alemania e Inglaterra juntos. También es el único país de Europa que paga sueldos públicos a mujeres por prostituirse con políticos viciosos. El presidente de España también es el único en el mundo que tiene a su esposa imputada y en serio riesgo de ser encarcelada por corrupción.
El presidente del gobierno de España acaba de llamar “Estado genocida”a Israel y lo ha hecho en el Congreso de los Diputados. Ese error imbécil y agresivo contra un país en teoría aliado es una muestra de que España esta gobernada por irresponsables y malas personas.
La delincuencia política está llevando a España hasta el desastre. Cada político corrupto es un enemigo de España que causa daños terribles. La disolución de los actuales partidos y su sustitución por asociaciones decentes y éticas es una tarea vital y urgente para España, si se quiere evitar la ruina paulatina de la nación y un probable estallido violento en las calles y plazas.
Lo más urgente para España no es acabar con la corrupción, ni siquiera expulsar del poder al nocivo Pedro Sánchez, sino reformar las leyes y la Constitución para evitar que en el futuro puedan gobernar psicópatas y sinvergüenzas.
España es un país que parece haberse convertido en la sede terrenal de Satanás.
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Casi todos los españoles reconocen que el país necesita regenerarse con urgencia, pero en realidad no se ha dado ni un sólo paso sólido en ese sentido desde la muerte de Franco, hace medio siglo. Los partidos políticos españoles se sienten a gusto y seguros en la desastrosa situación actual, dominada por la corrupción, el abuso de poder, la ineficacia y la obscena impunidad de los gobernantes.
Muchos creemos que los partidos que han gobernado España en el último medio siglo y sus políticos ya no podrán regenerarse nunca porque cuando se traspasan demasiadas veces las líneas rojas, la corrupción les invade hasta las entrañas y se han habituado a la impunidad, al delito y a anteponer los intereses propios al bien común, ya no es posible el retorno a la decencia.
Millones de españoles están convencidos de que sus partidos políticos son nidos de delincuentes.Basta examinar la figura del presidente del Gobierno, cuya esposa y hermano están imputados, además de algunos de sus colaboradores más cercanos, para concluir que el poder político en España es una inmensa pocilga.
El PSOE y el PP son, después de la banda terrorista ETA, las dos organizaciones más delictivas de España, con cientos de políticos encarcelados, procesados, imputados o en espera de juicio.
Los recaudadores de los partidos, la gente que consigue dinero para financiar unas organizaciones que, al practicar descaradamente el clientelismo, necesitan grandes sumas de dinero fresco, gozan de un impunidad práctica y una protección absoluta. Todo el partido se pone al servicio de la captación de dinero.
Ningún gobierno español ha recaudado tantos impuestos como el de Sánchez y, sin embargo, la ruina presupuestaria de la era Sánchez deja un agujero de 265.000 millones, pese a sus impuestos masivos y abusivos.
Todos los políticos de esos partidos corruptos merecen ser acusados de robo y corrupción, aunque nunca hayan robado o violado las leyes, porque todos conocen el alma corrupta de sus partidos y las actividades sucias y delictivas de muchos de sus compañeros de filas, a los que nunca denuncian y siempre encubren. Eso, según las leyes vigentes, es delito de encubrimiento y los convierte en corruptos por complicidad.
En la práctica estamos votando a verdugos y delincuentes que nos roban y se enriquecen con el dinero de los ciudadanos. En eso consiste, básicamente la política española en la cumbre del poder, donde imperan los dos grandes partidos del país y sus socios envilecidos por el independentismo, el golpismo, el odio a España y el corazón mercenario.
Francisco Rubiales
Reciben ordenes de fuera y la constitución y la ley electoral los protege.
Mas que la ley electoral los protege Pucherazos Soros-Indra-Correos
Creo que los enemigos de españa no son internos pero tienen sicarios ejecutores de aquí en “nuestro” Parlamento. Si los quitáramos de enmedio serían reemplazados inmediamente por otros psicópatas mercenarios
Asi eś, lo que hay que cambiar es el sistema politico que ha dado lugar a esto.
Claro que España tiene enemigos internos y además mucho más peligrosos que los externos : son los que ejcutan lo que se les les ha ordenado, y muy hábilmente, azuzando su odio a España en la versión más repugnante y miserable posible que es la traición, por lo que al atacarla sin misericordia, con la alevosía tan propia de los cobardes, el daño es infintamente más doloroso, más profundo, más demoledor..
Esto está más que demostrada históricamente y no hay que retrotraerse demasiado en el tiempo para comprobarlo.