El basurero de TVE
El sanchismo, a través del ínclito José Pablo López, no conforme con hacer de TVE un cortijo monclovita, la ha convertido en un basurero.
Aquellos polvos, la toma de control total y absoluta del Consejo, donde se ha colocado a toda una parva «bien pagá» de afectos al régimen escogidos entre los más sectarios, premiados con un sueldo de 105.000 euros al año (antes 11.000) por no dar un palo al agua, han traído estos lodos de cutrez, caspa y chabacanería donde la competición es ver quién hace más el mamarracho. Llevándose todos, por supuesto, una pasta gansa que pagamos nosotros.
Porque son nuestros impuestos, esos con que la ministra de Hacienda, la siempre excitada Montero, anuncia con jolgorio cómo nos aprieta y despluma más y mejor cada día. Le han puesto al engendro el nombre de La familia de la Tele puede que para reírse de todas las familias que hemos de soportarlos, engordarlos. Y pretenden que aplaudamos mientras se tiran los unos a los otros puñadOs de cieno en su revolcadero. La cosa no ha dejado de crecer en zafiedad desde el patético y recosido desfile de toma de posesión del predio hasta el esperpento de una «enviada especial» al nombramiento del Papa que avergonzó a todos cuantos la vieron y en particular a los profesionales de Informativos, cuya dignidad se pisoteó de la manera más grosera y todo ello al tiempo que la audiencia salía huyendo de la pestilencia.
Porque esa es otra. López, desparramando dinero por doquier (al cabo dispara con el nuestro), tiene como objetivo el adoctrinamiento masivo. Para ello ha habido recluta de tertulianos de la «Guardia de Sánchez», que hacen turnos de mañana, tarde y noche, con el fin de conseguir al precio que sea elevar el share y, con ello, tapar todo lo primero.
Hay que reconocer que aquella primera jugada con Broncano le salió bien, pero con todas las siguientes se ha ido pegando con los alambres. Vender a Cintora como «desfacedor» de bulos cuando lleva la consigna inscrita en la cara y la mentira pegada a la sonrisa torcida es misión imposible excepto para la tropa más adicta. Veremos lo que dura Buenfuente y su «humor» bizco que solo se ríe por un ojo. Tienen el techo marcado por la parroquia de los adeptos. Eso es lo que aflora y señala con claridad en el seguimiento de los informativos, doblados por Antena 3, que les saca en cada uno un millón de espectadores.
El fiasco de la reata cochambrosa de la «familia» es de los gordos. Entró en barrena desde el primer día y no hizo sino empeorar los siguientes. La última medición ya no alcanzó siquiera el 6 %, aunque lo quieran disimular con un contenedor global para que no se vea tanto la costalada. La tendencia general es preocupante. TVE ha vuelto a perder la cuota del 10 % y se ha visto de nuevo superada por Telecinco. Cualquiera diría que esos les han soltado a ellos el lastre.
El futbol que les daba los chutazos de audiencias se les acaba por esta temporada y la curva es declinante. Broncano, que llegó a darle un susto a Motos y ganarle en ocasiones, ahora pierde siempre, cada vez tiene menos fuelle y la distancia es ya de medio millón diario por debajo como media diaria.
Pero lo peor es el prestigio, el daño reputacional, la mancha sobre la marca. El clamor en la casa crece: la dura nota del Consejo de Informativos contra la deriva y el bochorno romano es una señal clara viniendo, además, de donde viene.
El sectarismo político se lo pueden tragar con patatas, pero el tufo del basurero que expande su hedor por todos lados es algo que no puede soportar su delicada pituitaria. El error de José Pablo es clamoroso. Ha topado ya no solo con la audiencia, que es una cornada de cuidado, sino con algo peor todavía. Lo que ha metido allí es la cochambre que siempre había sido considerada lo que era y sigue siendo: Telebasura. Pues ya la tienen en la cocina y ese plato no hay quien se lo coma. El trago más duro va a ser cómo se lo quitan de encima. Eso sí que habrá que verlo.
¡Uffffffffffffffff!!!!!!!!!!!!!!!!! Cómo apesta a fakes news en las teleñecaxxxxxxxxxxxxxxxxx Sigan así. Cada día leo más y veo menos telemierdas.