La tensión identitaria se materializa en la parte alta de Tarragona, donde un establecimiento dedicado a la gastronomía tradicional, Sabor a España, ha visto su imagen exterior deteriorada tres veces durante su primer año de operaciones, según informa Elcatalán.es. El negocio, instalado en el número 9 de la calle Mayor, continúa siendo blanco de ataques periódicos.

Perteneciente a un grupo empresarial familiar con presencia en múltiples localidades españolas, este punto de venta especializado en turrones, frutos secos y dulces tradicionales inauguró sus puertas tras superar un primer incidente cuando aún no había comenzado a atender al público.

Las cámaras de seguridad registraron en septiembre, durante las celebraciones locales, cómo un grupo aproximado de diez personas manipulaba y dañaba la identificación comercial. Recientemente, la rotulación metálica del comercio ha vuelto a desaparecer en circunstancias similares.

El entorno digital ha servido como escenario para reacciones contrapuestas. Mientras usuarios asociados a movimientos independentistas mostraban satisfacción por estos episodios, numerosos ciudadanos expresaron su preocupación ante lo que consideran comportamientos discriminatorios.

Este fenómeno se inscribe en un patrón que también ha afectado a sedes de organizaciones políticas en la ciudad. Algunos colectivos parecen actuar con impunidad en las calles tarraconenses bajo consignas territoriales, reflejando tensiones históricas arraigadas en ciertos sectores.

La confrontación encuentra respaldo en referencias culturales del pasado siglo, como evidencian los versos de Salvat-Papasseit incluidos en programas educativos autonómicos, o declaraciones recientes de figuras políticas que mantienen vivo un discurso de antagonismo institucional.

La situación plantea interrogantes sobre los mecanismos de protección del comercio local y la convivencia en una ciudad donde diferentes sensibilidades identitarias comparten espacio urbano.