El Gobierno conocía antes del gran apagón los problemas de tensión en la red mientras perseguía el récord de renovables
El gran apagón del pasado lunes, el mayor de la historia de España, no tiene aún una explicación oficial por parte del Gobierno, pero sí una tesis preliminar que comparten casi todos los expertos del sector energético: un exceso de confianza en las renovables, cuya intermitencia, unida a un peso cada vez menor de las llamadas «tecnologías estables», ocasionó un problema de tensión en la red que dejó a oscuras e incomunicada a toda España –y contagió además a otras partes de Europa como Portugal y el sur de Francia– durante unas 12 horas.
Los avisos de que algo así podía suceder –incluso de la propia Red Eléctrica, controlada por el Gobierno– se habían sucedido en los últimos tiempos e intensificado a raíz de la insistencia del Ejecutivo en mantener su calendario de cierre nuclear. Pero nadie en Moncloa hizo caso, ni siquiera cuando los síntomas de que algo no iba bien empezaron a sucederse en los días previos al gran apagón. Ni siquiera tampoco cuando los propios integrantes del Consejo de Ministros apuntaban a fallos en el sistema eléctrico nacional, en ese momento considerados sin mayor importancia, pero que ahora, una vez pasado el «cero energético», apuntan a que algo malo se estaba cociendo en las entrañas de la red energética española.
El pasado 21 de abril, justo una semana antes del gran apagón, la operadora del sistema, Red Eléctrica, sacaba pecho en redes sociales ante un «nuevo récord de producción fotovoltaica». Poco después del mediodía, la potencia instantánea llegó a 20.120 MW en el sistema peninsular, lo que significa que a esa hora, esa única fuente de energía renovable suponía el 61,5% del llamado «mix» peninsular.
Bloqueo ferroviario entre Madrid y Asturias
Justo un día después, el martes 22 de abril, los problemas aparecieron en la red ferroviaria, precisamente por un problema de exceso producción renovable mal gestionado, como reconocía también en redes sociales –su canal habitual– el ministro de Transportes, Óscar Puente. En concreto, un problema de suministro eléctrico impidió a los trenes circular entre Valladolid y Chamartín, y otra caída de tensión detuvo un AVE en la variante de Pajares dentro de un túnel, desatando el caos ferroviario. Tras dos horas de bloqueo ferroviario entre Madrid y Asturias, esta incidencia dejó 31 trenes y casi 10.000 viajeros afectados por la avería eléctrica, como explicó el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia.
Desde el Ministerio, Puente señaló en la red social X –la antigua Twitter– que «un exceso de tensión en la red ha provocado que saltasen las protecciones de las subestaciones desde Chamartín hasta Pajares. Las subestaciones se han ido recuperando y ahora hay que recuperar los enclavamientos y señalización. Esperamos que en breve se normalice la circulación». Adjuntaba el ministro una gráfica del «mix» de generación eléctrica con las renovables produciendo a toda potencia y respondía incluso a un usuario que «ha habido una bajada de demanda a esa hora, muy notable».
La Razón