¿Fue Bergoglio un papa zurdo y sectario?
Algunos lo califican de gran papa, cercano al pueblo y reformador de la Iglesia, pero otros le acusan de ser un zurdo sectario, demasiado cercano al marxismo y a la teología de la liberación, una desviación que ha sido el gran “pecado” de los jesuitas en América.
Francisco se esforzó por cambiar la Iglesia y acercarla al corazón del mundo, pero al morir deja una iglesia más confundida, ideologizada y alejada de los fieles.
Pero también ha dejado gestos de gran valor, como su drástica condena de la pederastia en el clero católico.
Su pontificado estuvo plagado de polémicas, entre ellas sus simpatías por la izquierda, las pocas palabras que dedicó a los cristianos perseguidos y asesinados y su apoyo al cambio climático, la globalización, las invasiones de inmigrantes y otros postulados del llamado “progresismo”.
He vivido como corresponsal de prensa en varios países de América y allí he constatado que los jesuitas siempre estaban demasiado cerca del marxismo. En países como El Salvador, eran claramente protectores de la guerrilla de izquierda y en otros muchos, como Colombia y Nicaragua, ayudaron a los revolucionarios sin disimulo.
Bergoglio nunca disimuló su cercanía a los dictadores de izquierda, ni siquiera cuando fue papa y estaba obligado a no ser sectario. Esa predilección por los tiranos zurdos escandalizó a muchos cristianos, que creían en la libertad, la democracia, los viejos valores y la incompatibilidad del mensaje de Cristo con el comunismo represor y asesino.
Bastaba mirar el rostro de satisfacción y alegría de Bergoglio cuando estaba al lado de tiranos como Fidel Castro, Raúl Castro, Evo Morales, el venezolano Maduro o la comunista española Yolanda Díaz, para convencerse de que en la profundidad de su alma admiraba esas ideologías asesinas y esclavizantes.
Era un papa “hispano” que odiaba la Hispanidad. Nunca quiso visitar España, país al que despreciaba a pesar de que fue España quien evangelizó a más de la mitad del mundo católico.
Era una típica víctima de la “Leyenda Negra antiespañola”. Cuando citó a España dijo que debía “pedir perdón por la conquista”.
Uno de los más encarnizados adversarios ideológicos del papa Francisco, el Cardenal africano Robert Sarah, piensa que “El islamismo es un fanatismo monstruoso que debe combatirse con fuerza y determinación. No detendrá su guerra. Los africanos lo sabemos demasiado bien. Los bárbaros son enemigos de la paz”. El cardenal africano cuestiona a Francisco porque lo considera demasiado tolerante y cercano a los peores enemigos de la Iglesia.
Numerosas televisiones conservadoras del mundo abrieron sus telediarios con la muerte del papa, al que muchos calificaban como “amigo de los comunistas”, aludiendo a su cercanía emocional e intelectual con los hermanos Castro, el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Correa y otros totalitarios.
No es fácil demostrar que Bergoglio fue un papa zurdo amigo de los comunistas, pero sí es evidente que fue un papa que apostó por los pobres y que al hacerlo, como le ocurre a la mayoría de los jesuitas, confundía la pobreza con el izquierdismo, sin admitir que el mensaje de Jesús es incompatible con el comunismo represor y asesino.
Cuando Bergoglio fue elegido papá esperábamos que se implicara con los presos políticos de Venezuela y Cuba, pero viajó a ambos países y ni siquiera preguntó por ellos.
A España nunca quiso venir, a pesar de ser el país que más ha hecho por la fe católica a lo largo de la historia,
La verdad es que nunca fue claro y que su ideología, típicamente jesuítica, navegaba entre dos aguas sin inclinarse por completo hacia la izquierda. En 2013, afirmó que, si bien la ideología marxista es errónea, muchos marxistas que había conocido eran buenas personas. También ha fomentado la cooperación entre marxistas y cristianos.
Esos mensajes de convivencia entre marxismo y cristianismo tienen buena acogida en el mundo de los progres y los globalistas, pero chirrían en sociedades que, como en la cubana, venezolana o nicaragüense, el pueblo está obligado a soportar la bota represora y asesina de sus dirigentes comunistas.
A pesar de las apariencias e indicios, Francisco ha negado ser comunista, consciente de que sus tesis pueden ser interpretadas como cercanas a la izquierda y ha afirmado siempre que se basan en la doctrina social de la Iglesia.
Fue una persona, yo ya no lo califico como Papa, sino antipapa, un cínico, un hipócrita, digno “maoísta de caviar” como las izquierdas españolas. Se le llenaba la boca hablando de los pobres y: Argentina hasta antes de Milei 53% de pobreza en su población. Lo cual arroja la cifra de cerca de 24 millones de personas. En España el nivel de pobreza en 2015 era cercano al 29% de la población. Unos 12 millones de personas. Cito estos dos países porque jamás este “papa de los pobres” se dignó a visitar a los pobres de ambos países que sumaban… Leer más »