Europa, al borde de la desintegración cultural
No es, ni será mi, primera humilde aportación sobre el autogenocidio europeo al que asistimos sin apenas inmutarnos. Buscamos culpables externo, como siempre hacen los inútiles intelectuales, en vez de enfrentarnos a nuestra responsabilidad personal y colectiva del hundimiento cultural, ético y moral europeo.
Europa, Ley Natural
Oswal Spengler[1], pensaba en establecer una especie de “Ley Natural” para las grandes expresiones culturales. En efecto, existe el momento del nacimiento, crecimiento, florecimiento, desvanecimiento, envejecimiento y muerte de una cultura. Spengler desarrolla su tesis en base a la documentación histórica de las culturas en base a esta “Ley Natural”, por lo que opina que la “era de occidente” ha llegado de forma, al parecer, irremediable hacia su extinción como continente cultural.
En este mismo sentido, Arnold Toynbee[2] nos indica que gran responsabilidad de ello nace del abandono de la religión ha decaído ante los nuevos cultos a la tecnología, al nacionalismo, militarismo, crisis que nos ha llevado al laicismo, por lo que siendo el laicismo una de las causas del abandono cultural de Europa, es más importante que nunca, volver a introducir el factor religioso cristiano que ha sido y aún puede ser el verdadero pegamento del pueblo europeo y su cultura.
Falso desarrollismo
En nombre del desarrollismo, falso progresismo que nos alienta al laicismo como señal de modernidad y progreso, ya que nos separa de las tesis eclesiásticas, cuando en realidad lo único que ha conseguido es separarnos del útero materno cultural que es el cristianismo en la construcción de Europa. En nombre del laicismo se han abandonado las señales cristianas de nuestros colegios, del estudio del Latín, Griego o el abandono del estudio de filosofía, historia etc… Lo peor, es que aquellos que más predican el laicismo, llevan a sus hijos a carísimos colegios privados europeos donde sí se potencia el humanismo judeocristiano.
Temas todo ellos que nos están llevando a un verdadero genocidio cultural europeo. Hoy, los grandes poderes fácticos quieren una Europa insignificante y muerta en lo cultura a favor de otras culturas emergentes. Por ello se buscan siempre enemigos a los que señalar, en vez de reconocer que estamos viajando en el silencio como los corderos al matadero cultural en vez de poner fin a este ataque y reaccionar como unidad cultural que somos.
No me importa por tanto, ya que resulta una clara maniobra de despiste, la lucha contra la inmigración de otras religiones a las que culpamos de colonizarnos en los ámbitos culturales y religiosos, en lo que siempre señalamos al islam como mayor causante.
Es claro que todas las religiones, y volvemos a Oswald Spengler y su “Ley Natural” mientras que se considera que la cultura cristiana está en su fase de envejecimiento y muerte, el Isla está en fase de crecimiento, por lo que me parece un error culpar al Islam por hacer lo que indica la “Ley Natural” en vez de dedicarnos a someter a nuestra cultura a un proceso de renovación y, permítanme el símil, rejuvenecimiento para volverla a su estado de florecimiento como única arma de contrarrestar y sucumbir a otras culturas y religiones que nos ponen donde estamos: al borde de la extinción cultural.
Se me antoja complicada la tarea dado el punto de degradación en el que nos encontramos, pero no imposible. Siempre, los cristianos hemos sabido responder a los momentos más difíciles con el fortalecimiento y expresiones públicas, no me refiero cuando nos comían los leones en los circos romanos o quemaban en las cruces mientras se cantaba y alababa a Dios, sino a la valentía de grandes intelectuales, músicos, filósofos, pintores que hacían de Dios su inspiración, solo recordar a J.S. Bach, Velázquez o John Bunyan, sin olvidar la cumbre de la arquitectura europea como son las inigualables catedrales cristianas repartidas por toda Europa.
Esa fortaleza de creencia nos hizo florecer. Todo se hacía, a pesar de todos los errores e injusticas, que a través de la historia comenten las religiones, basado en nuestra fe. Fe en Dios y humanismo. Bases como la unidad familiar en base a la fortaleza en el matrimonio al servicio la comunidad y la sostenibilidad que al ser abandonadas, hoy recogemos sus efectos que nos pudren como sociedad.
Víctimas del falso progresismo
Me reconozco víctima del falso progresismo que me llevó a límite del laicismo, que me llevo a divorcios, al egoísmo personal sobre la obligación de mantener y cuidar la familia y todos los males del consumismo ilógico y el falso progresismo que nos invalidad como personas y como sociedad. Pero del mismo modo, tenemos capacidad de reflexión y reacción. Nunca es tarde.
Si algo nos distingue a los humanos es la capacidad de recuperación en los momentos más difíciles, por ello es momento de reflexionar y reaccionar. Cada uno de nosotros, los que aún nos reconocemos como cristianos, como europeos, debemos comenzar por reconocer lo que somos, manifestar lo que somos y hacer demostración de ello. Somos muchos, pero muchos más que, paralizados por el miedo, adormecen en cuevas creyendo que no serán afectados, pero lo serán y tendrán que reaccionar. Sólo desde la unidad podremos comenzar a cambiar.
No será fácil, la actual política está tan perdida en lo que son, a quienes sirven y para qué están ahí, que han sido devorados el laicismo y la falsa progresía. Debemos ser nosotros, con la fuerza de la sociedad civil de fe, con cabeza, calma, alejados de expresiones en boca de la actual extrema derecha europea que no para de usar el nombre de Dios en vano, usando el ejemplo, explicando en casa a nuestros hijos la importancia de ser cristianos para ser fuertes como personas y ser libres en base a la razón. Los que tengamos la capacidad, debemos forzar a la política europea a recuperar nuestros valores cristianos y salvar nuestra cultura. No se trata de ir contra nadie, sino defender lo que somos que es muy distinto.
En este sentido, el teólogo Ratzinger considera imprescindible recuperar un uso de la razón que sea proporcionado a la verdadera condición del hombre, para asegurar la comprensión de la fe católica así como su transmisión a los hombres de hoy. Para que la predicación cristiana sobre Dios recupere su frescura que hace falta luchar a favor de la razón según su original amplitud, hasta llegar al fundamento de todo: ser cristianos, para ser europeos.
NOTAS:
[1] Oswald Spengler fue un filósofo e historiador alemán, cuyos intereses incluían las matemáticas, la ciencia y el arte y las relaciones de éstas con su teoría orgánica de la historia. Cita de “Der Urtengang des Abendlandes” C.H. Beck München 1927.
[2] Arnold Joseph Toynbee fue un historiador británico, filósofo de la historia, autor de numerosos libros y profesor de investigación de historia internacional en la London School of Economics y el King’s College de Londres. De 1918 a 1950, Toynbee fue considerado un destacado especialista en asuntos internacionales.












Dice esto el autor en el párrafo 11: “Debemos ser nosotros, con la fuerza de la sociedad civil de fe, con cabeza, calma, alejados de expresiones en boca de la actual extrema derecha europea que no para de usar el nombre de Dios en vano,”. ¿No contradice esta frase toda la magnífica exposición del autor hasta llegar en este párrafo a acusar a la extrema derecha de no parar de usar el nombre de Dios en vano? Se lamenta el autor de estar Europa devorada por el laicismo y después se queja porque alguna corriente política utilice el nombre de… Leer más »