El misterioso sobre
Abel Hernández.- El sobre recuerda a la tragicomedia en dos actos de Samuel Beckett, que pertenece de lleno al teatro del absurdo y que se llama «Esperando a Godot». En los años 50 hizo furor. Durante toda la obra, dos mendigos, Vladimir y Estragón, pasan el tiempo al borde del camino esperando al misterioso personaje. En cada acto el muchacho que llega con el cruel Pozzo y su esclavo Lucky les anuncia que Godot no vendrá hoy, pero sí, con seguridad, mañana. Pero no llega nunca. Los espectadores salen del teatro sin saber quién es Godot. Hay quien piensa que es Dios, pero Beckett dijo que no.
En este caso el sobre no lleva sello, no nos va a llegar por correo. En realidad, no lo vamos a recibir en casa de ninguna forma. Tampoco estamos seguros de que contenga en la portada la dirección del destinatario. Ni siquiera nos han dicho cuál es su tamaño ni su color. Se supone que es grande y blanco. Pero estamos impacientes por conocer su contenido, que es lo que importa. El delincuente Pozzo y su servidor Lucky aseguran que el sobre contiene información «muy contundente, explosiva», que afecta directamente a La Moncloa. Ellos son los únicos que lo saben, y anuncian que «su honda expansiva puede tener efectos demoledores». Y eso es lo único que sabemos nosotros. Dicen que el sobre da más miedo al Gobierno que el asteroide 2024YR4 que ha obligado a activar la alerta planetaria porque hay una posibilidad de que choque con la Tierra el 22 de diciembre del año 2032, el día de la lotería.
Los pobres Vladimir y Estragón, cansados de esperar al nuevo Godot, insisten a los que están en el secreto: «¿Cuándo conoceremos por fin el contenido del dichoso sobre?». «Pronto, muy pronto –les han respondido–, en cuanto se presente en la Fiscalía y en sede judicial, que son trámites obligados; la Justicia debe autorizar su publicidad». Aseguran también que el misterioso sobre, del que depende nada menos que la estabilidad del Gobierno y el inmediato futuro político de España, ha pasado por distintas vicisitudes, pero ahora está bien guardado, a buen recaudo. El asunto, en todo caso, es tan serio que los que lo guardan temen por su seguridad personal, y el cabecilla ha pedido al juez que le devuelva su Audi blindado. «Esperando a Godot» simboliza el tedio y la carencia de sentido de la vida humana; el sobre se ha convertido en símbolo de la absurda, delirante, política española actual. No sería de extrañar que, al final, el sobre estuviera vacío.