El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha pedido a sus colegas globalistas que asisten a la cumbre del Foro Económico Mundial (WEF) que apoyen su plan de restringir el acceso a las plataformas de redes sociales que utilizan tecnología de identificación digital.

Sánchez expuso su plan durante un discurso antes de asistir a la reunión anual del WEF en Davos, Suiza.

El primer ministro de España instó a los líderes mundiales, jefes corporativos, burócratas poderosos y otras élites de poder en la audiencia de Davos a unirse en un esfuerzo por eliminar el “anonimato” y la “desinformación” en línea.

Sánchez dice que quiere acabar con el anonimato en estas plataformas y reemplazarlo con lo que él llama “seudonimato”.

El plan implica obligar a las plataformas a vincular todas las cuentas a una Cartera de Identidad Digital Europea.

Si se adopta, sólo las personas con identificaciones digitales podrán acceder a las plataformas de redes sociales.

El resultado sería la capacidad de las autoridades de conocer las identidades reales de cada usuario de las redes sociales.

Sin embargo, el primer ministro español dijo que a esos usuarios todavía se les permitirá usar apodos “si quieren” en lugar de sus nombres reales en línea, por ahora.

Además, la medida desencadenaría un aumento en la adopción de identificaciones digitales, que actualmente son impopulares entre el público debido a preocupaciones sobre la privacidad y otros problemas.

Si bien el plan técnicamente no exigiría identificaciones digitales universalmente, las personas necesitarían obtener una si desean seguir usando las redes sociales.

Sin embargo, Sánchez insiste en que el plan se presentará como un ejemplo de “rendición de cuentas” que de ninguna manera socava la libertad de expresión.

Según Sánchez, obligar a los ciudadanos a adoptar identificaciones digitales es de alguna manera “un complemento esencial” a la libertad de expresión.

Sánchez repitió los puntos de discusión de otros defensores de la identificación digital, argumentando que la tecnología es buena para la sociedad porque ayudará a resolver crímenes y proteger a los menores.

El primer ministro también considera que el anonimato “allana el camino a la desinformación, el discurso de odio y el acoso cibernético”.

Aunque la medida socavaría inevitablemente la privacidad de todos los usuarios de las redes sociales, la gran mayoría de los cuales no son criminales, el plan implica desenmascarar a todos los individuos ante el gobierno.

Sin embargo, Sánchez insiste en que la privacidad es posible sin anonimato.

Además de promover esta idea de lo que podríamos llamar “pseudoprivacidad”, Sánchez también atacó a los propietarios y directores ejecutivos de las redes sociales, a quienes se refirió como “magnates”.

Acusó a las empresas detrás de las plataformas de concentrar “el poder y la riqueza en manos de unos pocos”.

Pero no expresó una queja similar sobre el ecosistema de medios tradicionales que opera de la misma manera, aunque también es considerablemente menos diverso en términos de expresión y opinión.

Sánchez considera las redes sociales como una “amenaza” que los líderes mundiales deben combatir y “enfrentar de frente”.

Una de las tácticas que propone es responsabilizar personalmente a los directores ejecutivos por el incumplimiento de las leyes y normas en sus plataformas.

Sin embargo, su discurso está plagado de lenguaje alarmista.

Sánchez compara las plataformas sociales con “invasores ocultos en las entrañas de un caballo de Troya”.

Afirma que las plataformas fomentan la desinformación, el acoso cibernético, el discurso de odio, los delitos sexuales, las violaciones de la privacidad, la ansiedad, la violencia y la soledad.

Sánchez también advirtió a las élites del WEF que las redes sociales están “dañando el orden liberal y la democracia”.

Pero en un momento dado, Sánchez pronunció en voz alta la parte tranquila cuando les dijo a los globalistas de Davos: “Recuperemos el control”.