Nuevo asesinato en dos meses, en el edificio de apartamentos turísticos okupado de la calle Lola Flores en el barrio de las Rejas en el distrito de San Blas, convertido en uno de los puntos negros de la capital.

La Policía Nacional ha detenido a un hombre como presunto responsable del asesinato de otro en el interior de una de las viviendas del hotel abandonado, donde hace dos meses otra pelea acabó con la muerte violenta de otro residente.

Los hechos se han producido este viernes. Una pareja presentaba varias heridas de arma blanca, tras una discusión a navajazos con un joven de 30 años, presunto asesino, al que habían alquilado un habitación con su mujer. La pelea acabó con la vida del hombre, de unos 40 años. Al parecer, e l presunto asesino comienza a discutir con la mujer, se mete el marido y se pelean a navajazos.

En el transcurso de la trifulca, el agresor, que ha sufrido heridas en la cabeza, ha apuñalado por todo el cuerpo a la víctima hasta causarle la muerte y, después, ha huido del lugar hasta que ha sido interceptado en las inmediaciones por la policía. Posteriormente, la mujer, con heridas de carácter leve, también ha sido arrestada.

En el conflictivo edificio ocupado, en el que viven decenas de personas, familias con niños menores con pocos recursos, se han sucedido varios episodios violentos entre sus residentes.

Precisamente, en este mismo edificio fue asesinado un hombre colombiano de 35 años el pasado mes de noviembre de 2024 tras una pelea entre hinchas de equipos rivales, cuyo presunto autor fue detenido el pasado 8 de enero.

Hace tres días una reyerta con 11 detenidos y armas blancas (10 colombianos y un venezolano), y en noviembre fallecía una joven de 25 años por inhalación de monóxido de carbono procedente, al parecer, de un generador de energía por combustión que se encontraba en el interior de la vivienda ocupada sin la ventilación adecuada. Este suceso se produjo horas después de la muerte de un joven de origen colombiano apuñalado en el cuello.

Desde hace más de dos años los okupas se han apoderado del edificio que está tomado por mafias que están cobrando alquileres a muchas familias que viven allí “por necesidad” al no tener otra alternativa, según relatan algunos de ellos.