Pub romano donde se inició la pelea.

Nueve hinchas proetarras de la Real Sociedad resultaron heridos debido a la pelea que mantuvieron anoche con aficionados de la Lazio en el centro de Roma. Tres de ellos tuvieron que ser hospitalizados por heridas de arma blanca. El que peor pronóstico presenta es un joven de 23 años, que se encuentra en estado muy grave debido a los múltiples cuchillazos recibidos, uno de los cuales le habría perforado un pulmón. El segundo proetarras apuñalado también se encuentra en estado grave aunque su pronóstico es más favorable. Los médicos estiman su recuperación en 30 días, según recogen los medios italianos, que además informan que los siete proetarras de la Real que resultaron heridos durante la pelea han sido dados de alta a lo largo de la mañana. Todos ellos presentaban heridas leves, aunque tres de ellos escaparon de Urgencias para evitar ser identificados.

La Policía italiana ha abierto una investigación para identificar a los agresores y para ello está controlando las cámaras de seguridad de la zona donde tuvo lugar la pelea.

La batalla campal entre los hinchas de ambos equipos tuvo lugar alrededor de las 23 horas en la calle Leonina, situada en el céntrico barrio de Monti, frente a un bar donde se habían congregado unos 70 aficionados proetarras del equipo donostiarra. Tras incesantes provocaciones a los italianos, muchas de ellas de tintes ideológicos, fueron agredidos por unos 80 aficionados de la Lazio, conocidos por su apasionada defensa de su equipo.

«Hemos vivido escenas de guerra en el barrio de Monti. Hubo explosiones violentas y el cielo se tiñó de rojo. La gente escapaba de los bares», contó en un mensaje publicado en las redes sociales Natalie Naim, concejal responsable del distrito centro de Roma, donde tuvieron lugar los incidentes. «Grupos de hinchas españoles y de la Lazio vestidos de negro, algunos con cascos y mazas, se han peleado y lanzado petardos». El enfrentamiento derivó en persecuciones y carreras por distintas calles de este barrio, conocido por su vida nocturna, hasta que finalmente llegaron los agentes antidisturbios de la Policía y de la Guardia de Finanzas y la situación pudo calmarse.