Equipos de emergencia en el lugar del atropello masivo en Magdeburgo

El terrorismo en Alemania solo es de extrema derecha. Que nadie se engañe. Las acciones terroristas solo pueden imputarse a personajes de la derecha extrema. Si algún yihadista resultara salpicado por algún caso de terrorismo sería un garbanzo negro, puntual y aislado, pero nunca responsabilidad de su entorno.

La excanciller alemana, Angela “Rebecca” Merkel, llegó a decir que el «racismo es veneno» en respuesta al ataque con arma de fuego de un hombre vinculado con la extrema derecha. Alemania lleva sufriendo desde hace años acciones terroristas contra ciudadanos alemanes, con el resultado de decenas de muertos, pero en ninguno de estos casos la canciller alemana se había mostrado tan rotunda. La venenosidad no existía en estos casos. Ya se sabe que esos otros asesinos proceden de un entorno que tiene un código ético prístino y ejemplar. Tanto que sus matanzas terroristas son siempre edulcoradas y presentadas como acciones violentas de simples perturbados que no representan a ningún colectivo. Reducida la matanza a una acción espontánea, la naturaleza ideológica del crimen desaparece. Dirigentes europeos como Angela “Rebecca” Merkel practican el doble rasero moral de forma impúdica y ridícula.

Es una doble vara de medir absolutamente pueril. O criminal, según se mire. Que les hace perder la poca credibilidad que podrían todavía tener. Las autoridades que ocultan la identidad de los asesinos cuando matan a alemanes en nombre de su dios, son las mismas que no han tenido remilgos al ofrecernos todos los datos biográficos del asesino de Hanau, con los cuerpos de sus víctimas aún calientes.

Comprendemos los esfuerzos de los gobernantes europeos, en su exaltación histriónica de “la corrección política”, para proteger a los que ellos consideran “minorías” desde una perspectiva paternalista. Pero rizar el rizo en estos temas puede al final provocar más dolor del que la población europea está dispuesta a soportar.

Ponemos un ejemplo: un alemán que sostiene que EE.UU. tortura y asesina a niños en instalaciones subterráneas, dispara contra los clientes extranjeros de un «shisha bar», un local oriental de fumadores de pipa o cachimba, y de inmediato se clama contra miles de alemanes pacíficos y se les acusa de “odio” y xenofobia. Pero si un camión conducido por un yihadista embiste a los viandantes en un mercado navideño, con el resultado de muertos y heridos, en este caso no se hablará de “racismo”, ni se señalará a los musulmanes pacíficos que viven en Alemania, ni nadie se aventuraría a decir que el yihadista odiaba a los alemanes y que por eso pretendía eliminar a muchos de ellos. Nada. Se trataría de un simple homicidio imprudente más o menos grave, y nada más.

¿Tenían motivaciones racistas las decenas de agresiones sexuales contra jóvenes alemanas en la Nochevieja de 2015? Para Angela Merkel, seguro que no. Llegó a decir que se trató tan solo de unos desagradables incidentes machistas, sin que la identidad de las víctimas contara para nada. Pues qué bien.

Equipos de emergencia en el lugar del atropello masivo en Magdeburgo

El problema no es sólo los gobiernos alemanes. La mayor parte de la prensa alemana está impregnada de corrección política. Los periódicos y revistas defienden el multiculturalismo, y no hablan de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta el país: un crecimiento económico anémico, el envejecimiento de la población y la islamización. Muchos periodistas, profesores y escritores dicen que la cultura alemana no existe. Cuando los libros que critican al islam llegan a convertirse en un éxito de ventas, sus autores son inmediatamente demonizados. Deutschland schafft sich ab (Alemania se abole a sí misma) fue un enorme éxito en 2010, pero su autor, Thilo Sarazin, fue inmediatamente tachado de “racista” y marginado en todos los debates políticos. Rolf Peter Sieferle, exconsejero de Angela Merkel, escribió varios artículos donde describía la autodestrucción de Alemania. “Una sociedad que ya no puede distinguir entre ella misma y las fuerzas que la disuelven vive moralmente por encima de sus posibilidades”, dijo en 2015. Insultado y rechazado por los que habían trabajado con él, se suicidó en septiembre de 2016. Se publicó una recopilación de sus notas tras su muerte, Finis Germaniae (El fin de Alemania).

En el fondo los dirigentes germanos conocen los verdaderos problemas de Alemania, pero hace dócilmente lo que sus amos globalistas quieren que hagan: someterse y ayudar a que los alemanes acepten la derrota.

Cuatro muertos, entre ellos un niño, y decenas de heridos por un atropello en un mercadillo navideño en Alemania

El terror vuelve a las calles de Alemania. Esta vez, en la ciudad de Magdeburgo, en el estado de Sajonia-Anhalt. El viernes por la noche, alrededor de las siete, un coche embistió contra la multitud que disfrutaba relajadamente en un mercadillo navideño. Según datos oficiales, se trataría de un atentado en el que al menos cuatro personas han fallecido, una de ellas un niño de corta edad, y entre 60 y 80 han resultado heridas, quince de ellas de gravedad. Dada la cantidad de los heridos, los servicios de emergencias han levantado carpas en los que atender en un primer momento a los heridos mientras los hospitales preparaban las camas. También en un centro comercial colindante se han instalado camillas para atender a los heridos.

Estas cifras fueron comunicadas por el ministro-presidente cristianodemócrata del estado, Reiner Haseloff, alrededor de las diez de la noche. Haseloff se desplazó a la ciudad esa misma noche. En un principio el diario Bild comunicó que había 11 fallecidos, y otros medios reprodujeron dicha cifra, pero más tarde no se confirmó.

El supuesto autor material del atentado, un ciudadano saudí residente en Alemania desde 2006, era, al parecer, un desconocido para la policía alemana y no figuraba como islamista. Tiene 50 años de edad y trabajaba hasta ahora como médico en el pueblo de Bernburg (Saale). El coche empleado en el atentado fue un BMW alquilado y el atacante tenía un permiso de residencia permanente. El atacante fue detenido al instante en el lugar de los hechos por la policía. Aún se desconocen los motivos que le llevaron a realizar el atentado.

Las autoridades ordenaron a la población cercana al lugar permanecer en sus casas, incluso después de desalojar la zona y atender a los heridos. Esto se debió a que en el coche utilizado por el atacante se encontró una mochila sospechosa, que podría contener explosivos. Hasta el cierre de esta edición, a las 23:30, los especialistas en explosivos seguían trabajando en el lugar de los hechos, según informaron varios medios, incluido el diario Bild. También en Erfurt se desalojó un mercadillo de forma preventiva, aunque no trascendió el motivo exacto.

En un video que se ha compartido en redes sociales, aparentemente captado por una cámara de seguridad ubicada en un lugar elevado, se puede observar con todo detalle lo estremecedor de la escena: un automóvil embiste contra la multitud, que trata de huir despavorida, mientras aquellos que no lograron escapar permanecen tendidos en el suelo tras el paso del vehículo. La policía ha pedido a la población que ponga a su disposición todos los videos y fotos disponibles del ataque a fin de esclarecer lo ocurrido.

El canciller Olaf Scholz escribió en la red X la noche del atentado que “las noticias que llegan desde Magdeburgo presagian lo peor.” Además, añadió: “Mis pensamientos están con las víctimas y sus seres queridos. Estamos a su lado y al lado de los habitantes de Magdeburgo.” También expresó su agradecimiento a “los dedicados equipos de rescate en estas angustiosas horas.”

El candidato cristianodemócrata de la CDU, Friedrich Merz, también se mostró conmovido en dicha red social por el atentado: “Son noticias muy inquietantes las que recibimos desde Magdeburgo”, y aseguó que sus “pensamientos están con las víctimas y sus seres queridos. Agradezco a todos los equipos de emergencia que están atendiendo a los heridos en el lugar”.

Scholz y la ministra del Interior, Nancy Faeser, ambos socialdemócratas, viajarán este sábado al lugar de los hechos en Magdeburgo. La Ministra ha asegurado que esclarecerán los hechos: “He hablado hace un momento con la ministra del Interior del estado, Zieschang, y he ofrecido todo el apoyo posible del Gobierno Federal. Estoy en estrecho contacto con las autoridades de seguridad federales al respecto. La Oficina Federal de Policía Criminal (BKA) está apoyando las investigaciones de las autoridades en Sajonia-Anhalt”, aseguró en rueda de prensa.

Tan solo un día antes del atentado se había celebrado en Berlín una ceremonia con una misa de recuerdo a las víctimas del atentado al mercadillo de la plaza Breitscheidplatz, en Berlín, que en 2016 causó la muerte de trece personas. En realidad, después de dicho atentado, se reescribieron los protocolos de seguridad para eventos como los mercadillos y se decretó que en torno a los mismos habría barreras físicas para que no se repitiese la tragedia. En muchas localidades han colocado obstáculos y en otras vallas que rodean los puestos. En Magdeburgo al parecer se ha dado en ese sentido un error de seguridad fatal.