Cómo cuidar la salud de tu boca durante las fiestas navideñas
Las Navidades son una época para disfrutar, reencontrarse y celebrar. Pero también son, sin duda, días de excesos: comidas copiosas, brindis interminables, dulces por todas partes y horarios que alteran por completo nuestras rutinas. Todo eso tiene un impacto directo en la boca, especialmente en dientes y encías, que se enfrentan a una auténtica maratón sin apenas descanso.
Aunque parezca algo menor, tal y como nos explican los especialistas de Malmö Dental, clínica dental Móstoles, mantener una buena higiene bucodental durante estas fechas es clave no solo para conservar una sonrisa sana, sino también para prevenir molestias que podrían empañar los días más festivos del año.
Los excesos navideños y sus efectos en la boca
Durante diciembre y principios de enero se concentran comidas de empresa, cenas con amigos, reuniones familiares y meriendas improvisadas con dulces típicos. Mazapanes, turrones, polvorones o bombones se convierten en protagonistas y, junto con el alcohol y las bebidas azucaradas, forman el cóctel perfecto para el desgaste dental.
El problema no es solo lo que comemos, sino la frecuencia con la que lo hacemos. Picar varias veces al día, entre comidas, mantiene un nivel constante de acidez en la boca, lo que favorece la aparición de caries y la desmineralización del esmalte.
Además, el aumento del consumo de alcohol, café o vino tinto contribuye a la deshidratación de las mucosas y a la aparición de manchas. Si a eso le sumamos que muchas personas descuidan el cepillado por la falta de horarios, el resultado es un entorno bucal perfecto para la acumulación de placa bacteriana.
Por eso, los profesionales de la salud dental insisten en algo sencillo pero esencial: disfrutar de las fiestas no está reñido con mantener los buenos hábitos.
Higiene dental sin excusas ni pausas
La base de cualquier cuidado bucodental sigue siendo el cepillado. Durante estas fechas, más que nunca, conviene cepillarse los dientes al menos tres veces al día, especialmente antes de dormir. Si no es posible hacerlo después de cada comida, conviene enjuagarse la boca con agua o usar chicles sin azúcar para reducir la acidez hasta poder realizar el cepillado.
Si vas a pasar muchas horas fuera, lleva contigo un cepillo de viaje. Es un gesto sencillo que puede evitar la aparición de sarro o gingivitis.
El hilo dental y el enjuague son aliados imprescindibles. El hilo elimina los restos que se acumulan entre los dientes y que el cepillo no alcanza, mientras que el enjuague antibacteriano ayuda a mantener las encías sanas y el aliento fresco.
Además, hay que tener especial cuidado con los alimentos duros, como los turrones o frutos secos enteros. Morderlos directamente con los dientes delanteros puede provocar fracturas o microfisuras. Lo ideal es partirlos antes o masticarlos con precaución.
Bebidas ácidas y sensibilidad dental
Durante las fiestas, muchas bebidas habituales —vino blanco, cerveza, refrescos, zumos cítricos o combinados— tienen un alto nivel de acidez. Esa acidez ataca el esmalte dental y agrava los casos de sensibilidad. Si notas dolor al tomar bebidas frías o calientes, evita este tipo de productos durante unos días y usa una pasta específica para dientes sensibles.
También es recomendable beber agua con frecuencia, ya que ayuda a neutralizar los ácidos y a mantener la boca hidratada. La saliva es el mejor protector natural de los dientes, y mantener una buena hidratación es clave para su correcto funcionamiento.
Y aunque no es necesario renunciar por completo a los placeres de la mesa, sí conviene disfrutar con equilibrio. Un buen truco es reservar los dulces para el final de las comidas y no picotearlos entre horas: así se reduce el tiempo que los dientes están expuestos al azúcar.
Cómo evitar las manchas y el mal aliento
El vino tinto, el café, el té y algunos refrescos oscuros tiñen el esmalte con facilidad. Si se consumen con frecuencia, las manchas se hacen visibles en pocas semanas. La mejor forma de prevenirlo es cepillarse los dientes o, si no es posible, enjuagar la boca con agua justo después de tomarlos.
El tabaco multiplica ese efecto y además provoca halitosis. Mantener la lengua limpia —cepillándola suavemente cada día— ayuda a reducir las bacterias responsables del mal aliento y mejora la sensación de frescor general.
Los colutorios con zinc o cloruro de cetilpiridinio también son útiles para mantener un aliento agradable durante más tiempo, sobre todo si se van a pasar muchas horas hablando o socializando.
Un repaso al calendario dental después de las fiestas
Después de varias semanas de celebraciones, lo mejor que se puede hacer por la salud de la boca es visitar al dentista. Una revisión rutinaria sirve para comprobar que no ha aparecido ningún problema nuevo y, si es necesario, realizar una limpieza profesional para eliminar la placa acumulada durante las fiestas.
En Malmö, reconocido como el mejor dentista Móstoles, recomiendan acudir al menos una vez al año, aunque en personas con antecedentes de enfermedad periodontal o sensibilidad dental, puede ser conveniente hacerlo cada seis meses.
Aprovechar el comienzo del año para retomar hábitos saludables es una buena forma de mantener la sonrisa a punto.
La salud bucodental como parte del bienestar general
Cuidar la boca no es solo cuidar los dientes. La evidencia científica demuestra que las enfermedades periodontales pueden estar relacionadas con otras patologías, como la diabetes o los problemas cardiovasculares, e incluso con complicaciones en el embarazo.
Por eso, mantener una buena higiene oral es también una forma de cuidar la salud general. Unos minutos al día y una revisión periódica bastan para prevenir gran parte de los problemas más comunes.












