La estrategia de Giorgia Meloni y las críticas de la oposición a sus esfuerzos por controlar la inmigración ilegal en Italia se han convertido en un tema de gran actualidad en Europa. Recientemente, las autoridades italianas bloquearon la navegación del barco de la ONG ‘Geo Barents’ durante 60 días por violar la ley italiana después de llevar a 191 inmigrantes a tierra.

Italia ha multado y bloqueado el barco de Médicos Sin Fronteras (MSF) por atracar en el puerto de Salerno sin informar debidamente a las autoridades de seguridad marítima sobre sus operaciones de rescate en el Mediterráneo. La ONG niega estas acusaciones, las califica de “inhumanas” y afirma que se limitan a cumplir con su obligación legal de salvar vidas en el mar.

MSF también informó de que el 23 de agosto llevó a cabo cinco operaciones de rescate y recibió una sanción por no proporcionar información oportuna sobre una de ellas. El gobierno italiano, encabezado por la primera ministra Giorgia Meloni , ha hecho hincapié en la necesidad de una única operación de rescate para recuperar el control y establecer límites a la inmigración.

Meloni es muy consciente de las consecuencias de la inmigración descontrolada y ha estado trabajando en planes para abordar la situación. Recientemente aprobó un plan gubernamental para transferir a los inmigrantes que llegan en barco a centros administrados por Italia en Albania, una medida criticada por la oposición.

El plan, aprobado por el Senado italiano, ha suscitado preocupación porque Albania no es miembro de la Unión Europea y, por tanto, no está sujeta a las normas de la UE sobre el tratamiento y la deportación de los solicitantes de asilo. El acuerdo especifica que no se transferirán mujeres ni niños a Albania.

En 2023, más de 157.000 personas llegaron a Italia por mar, y el gobierno tuvo dificultades para controlar la afluencia. El partido Hermanos de Italia de Meloni, que hizo campaña con una fuerte plataforma contra la inmigración ilegal en 2022, ha enfrentado críticas por no hacer lo suficiente para detener los barcos. Mientras tanto, quienes apoyan el flujo continuo y desregulado de inmigrantes han sido acusados ​​de colaborar indirectamente con los traficantes de personas.

Por otro lado, países como Hungría han sido sancionados por no cumplir con las regulaciones de la UE, mientras defienden su soberanía y sus fronteras frente a lo que consideran políticas impuestas.

España tampoco es un ejemplo en materia de control de la inmigración.