Paul Craig Roberts.- La versión oficial que se está creando sobre el casi asesinato de Trump parece ser la incompetencia del Servicio Secreto. Las lagunas en la seguridad se atribuyen a un equipo del Servicio Secreto inexperto, a una falta de comunicación entre la policía local y el Servicio Secreto, y a la declaración del director del Servicio Secreto de que la pendiente del tejado hacía que fuera demasiado peligroso tener agentes del Servicio Secreto en el tejado, pero no demasiado peligroso para el tirador, y sin tener en cuenta el peligro al que quedó expuesto Trump.

Entonces, si hay una investigación, será sobre si la “diversidad, equidad e inclusión” dañaron la competencia, y no sobre si el Estado profundo pretendía el asesinato de Trump.

Las fallas de seguridad son tan grandes que naturalmente conducen a lo que se llama “teorías de la conspiración”. Sin periodistas de investigación honestos e inteligentes apoyados por las organizaciones de noticias, el público en general no puede distinguir cuándo una información es una teoría de la conspiración y cuándo la acusación de que es una teoría de la conspiración se utiliza para suprimir información real que no encaja con la narrativa oficial.

Han surgido dos datos y una hipótesis que caen en la zona de difícil evaluación. Una es que Austin Private Wealth, LLC vendió en corto 12.000.000 de acciones de Trump Media & Technology Group. Si Trump hubiera muerto, esta venta en corto habría resultado en ganancias masivas.

La compañía de inversiones justifica su venta en corto como un “error administrativo”. En otras palabras, simplemente más incompetencia.

Otro dato es que hay un informe que indica que la acústica indica dos disparos diferentes. Esto, de ser cierto, implicaría que el joven de 20 años era el chivo expiatorio de un asesinato real, que salió mal porque Trump giró la cabeza, y explicaría la tolerancia de la policía y el Servicio Secreto con la presencia armada de Thomas Crooks hasta después de que él disparó.

Recuerden, hubo posiciones cortas en acciones de las compañías aéreas cuyos aviones fueron secuestrados el 11 de septiembre que fueron ocultadas porque implicaban un conocimiento previo del ataque.

Recuerden que en el supuesto asesinato de Robert F. Kennedy cometido por Sirhan hay evidencia acústica definitiva de dos calibres diferentes, pero no se ha permitido que la evidencia tenga efecto alguno en la narrativa oficial del asesinato de Robert F. Kennedy.

La hipótesis es que Thomas Crooks pudo instalarse con un rifle en un edificio supuestamente lleno de policías o agentes del Servicio Secreto a la vista de numerosos espectadores que intentaban sin éxito llamar la atención de la policía porque era el chivo expiatorio necesario.

Se espera que el Servicio Secreto haya tenido el incentivo y la presencia de ánimo para recuperar todas las balas disparadas y que se realice un análisis independiente del Servicio Secreto para establecer si todas ellas procedían del fusil de Crooks. La única razón para no realizar el análisis es que indique que se trata de dos fusiles diferentes.

Si existe resistencia a una investigación real por parte del gobierno, como ocurrió con los asesinatos de John y Bobby Kennedy y el 11 de septiembre, eso nos dice una cosa: si se lleva a cabo una investigación honesta y se exculpa a todas las partes, nos sentiremos aliviados y agradecidos, y sabremos que la DEI probablemente no sea una buena práctica de contratación para el Servicio Secreto.

Pero puede que sea difícil llegar a una conclusión feliz. A continuación, se presenta la cronología del FBI sobre el casi asesinato. Ningún estadounidense tiene confianza en el FBI después de la determinación incansable de la agencia de destruir a Trump y a sus partidarios, a lo que se sumó la creación por parte del FBI de una “lista de vigilancia” de padres que se oponen en las reuniones de los consejos escolares a que se les enseñe a sus hijos que los blancos son racistas y que los niños pueden nacer en el cuerpo equivocado.

Hay que tener en cuenta que incluso la cronología del FBI, que odia a Trump, muestra que Crooks fue visto con un telémetro 42 minutos antes del casi asesinato y que no se tomó ninguna medida. El propósito de un telémetro es ajustar la mira de un rifle a la distancia precisa del disparo.

Observe que Crooks fue visto en el techo con un rifle observando el estrado de los oradores durante 20 minutos antes de disparar, y no se hizo nada. Se le permitió a Crooks disparar y solo después de que lo hizo fue eliminado. Esto parece más intencional que incompetencia. A veces la incompetencia puede ser demasiado grande para ser creída:

– 5:10 pm Crooks es identificado por primera vez.

– 5:30 pm Crooks es visto con un telémetro.

– 5:52 pm Crooks es visto en el techo por el USSS.

– 6:02 pm Trump sube al escenario.

– 6:12 pm Crooks dispara los primeros tiros. Crooks es abatido 26 segundos después.

No tenemos otra opción honesta que considerar la posibilidad de que Estados Unidos esté en manos de fuerzas poderosas con malas intenciones. Parece que el establishment gobernante está decidido a impedir que desempeñe el poder a cualquier líder que pueda movilizar al pueblo contra la tiranía que se está imponiendo.

Sabemos que Trump es un luchador, pero ¿cuál es su comprensión? Trump ya habla de “unificar el país”. ¿Cómo se une el mal con el bien? ¿Cómo se unen las fronteras abiertas con la nacionalidad étnica, una nación con una Torre de Babel? ¿Cómo se une la moral sexual con la perversión sexual y una Sodoma y Gomorra?

Trump aún no ha sido elegido y los poderes gobernantes ya lo están llevando por mal camino.

El hecho al que nos enfrentamos es que en todo el mundo occidental sólo hay un puñado de personas que defienden el bien frente al mal, la moralidad sexual frente a la perversión sexual, la nacionalidad étnica frente a la Torre de Babel, la Verdad frente a los relatos oficiales que sirven a intereses secretos.

Este puñado no recibe ninguna ayuda de las prostitutas occidentales, de las universidades, facultades de derecho, colegios de abogados, parlamentos y fundaciones filantrópicas occidentales. No hay institución occidental en la que el mal no esté institucionalizado.

Hace muchos años, los liberales, los más estúpidos de todos los pueblos, destruyeron la religión. Esto dejó al mal sin oposición. Hoy en día, pocos pueden siquiera reconocer el mal.

El mal no reconocido es el mundo en el que vive Occidente. Se está formando la narrativa oficial sobre el casi asesinato de Trump.