Un grupo de catorce personas inmigrantes de origen magrebí, entre las que podría haber al menos dos menores, ha llegado este sábado a una playa de Gualchos-Castell de Ferro, en la costa de Granada, a bordo de una planeadora de alta potencia.

Siempre ha habido fronteras, como hay puertas en las casas. El limes diferencia la civilización de la barbarie, como en la antigua Roma. Hay vallas que diferencian la luz de las tinieblas, que distinguen la libertad de la esclavitud.

Nuestro país está siendo asaltado de forma masiva por tierra, mar y aire. Las fronteras no están para pasarlas ilegalmente. Las de España parece que están para lo contrario: para saltarse. Lo dijo el PP con inacostumbrada claridad:  si es preciso, y parece que lo es, las Fuerzas Armadas deben pasar a cuestionar la seguridad de ese limes. Los cuerpos y fuerzas de seguridad carecen de recursos legales y material adecuado para hacer frente a la tarea encomendada.

Si alguien quiere proponer que España abra sus fronteras para subvencionar a todos los desheredados del mundo y ofrecerles sanidad y educación gratis que lo diga, pero será tan estúpido como Sánchez. Ni España tiene esa capacidad, como es dramáticamente notorio, pues según UNICEF hay 2,2 millones de niños españoles con desnutrición, ni hay economía que lo sostenga, ni tiene lógica alguna destruir España en aras de los sentimentaloides complejos de culpa de los denominados progres de izquierdas y de derechas.

Estamos hartos de esos progres. La gente sensata está harto de esos irresponsables progres demoledores de nuestra sociedad, frívolos enemigos de nuestra civilización. La gente sensata se ha hartado de los políticos que siguen los dictados de esos progres sin cordura ni ilustración. Los españoles no somos ni responsables, ni mucho menos culpables, de los problemas de las poblaciones de otras naciones. Deben resolver sus problemas, no crearnos a nosotros otros, que ya tenemos bastantes. Cuando el imperio romano relajó su limes, se vino abajo.

La gente sensata está por el sentido común. Las fronteras y las vallas se defienden con las armas, por supuesto, no con mantequilla de Burgos, ni con soflamas de meapilas laicos, casi siempre subvencionados. Con el dinero de otros hacen fiesta los devotos.

Nadie, nunca, debe entrar ilegalmente en España ni en ningún otro pais. Y el que lo intente debe saber a qué se arriesga. Una frontera no es un juego, ni un capricho, ni un coladero, como no lo es la puerta de las casas. Sería ocioso explicar que la fortaleza es siempre, a la postre, más humanitaria, que la compasión peligrosa. Pues una actitud débil incrementa las avalanchas y sus riesgos.

Nos están exportando excedentes de población sociedades atrasadas y subsidiadas, sin cultura del trabajo. Para evitar esta invasión silenciosa, pero de alto riesgo, hay fronteras, hay vallas. Más allá de las fronteras está la barbarie. Las fronteras españolas deben ser impenetrables. A día de hoy es un cachondeo. El felón que vive en la Moncloa lo permite porque cifra la entrada masiva de ilegales en términos electorales.

163 ilegales

Un total de 163 ilegales llegaron este sábado en pateras a playas de la isla canaria de Lanzarote, Carboneras (Almería), a la costa de Granada y a las islas de Formentera y Cabrera, en Baleares, y diez marroquíes, siete de ellos menores, entraron a nado en Ceuta aprovechando una densa niebla de primera hora de la mañana.

Estos últimos ilegales llegaron a nado a la playa de Tarajal con evidentes síntomas de agotamiento, por lo que tuvieron que ser ayudados en la orilla por la Guardia Civil.

Según la policía, los ilegales marroquíes suelen aprovechar este fenómeno meteorológico, que dificulta las labores de control, para hacer esta penosa travesía y conseguir entrar en Ceuta.

A la Policía le consta que otros 40 inmigrantes se habían lanzado al agua pero fueron retenidos por la Gendarmería marroquí antes de alcanzar las costas ceutíes en la playa de Tarajal.

En aguas próximas a Lanzarote, Salvamento Marítimo rescató a entre 50 y 60 ilegales, tres de ellos menores y diez mujeres, que iban a bordo de una balsa neumática.

Los migrantes avisaron de una segunda patera, que al igual que ellos había partido de la localidad marroquí de Tan Tan. Hasta las 18:40 hora canaria no se había encontrado esta segunda embarcación.

La primera patera ha sido llevada al muelle de Puerto Naos, en Arrecife. La segunda, una vez se localice, también se trasladará a este puerto.

Otros 69 ilegales llegaron este sábado a las islas de Formentera y Cabrera, en Baleares. A las 3.30, la Guardia Civil y la Policía Local han dado en tierra con 18 magrebíes que deambulaban en la zona de La Sabina de Formentera, y a las 6.10 han encontrado a otras 18 en la carretera PM-820, en el kilómetro 15.

A las 15.00, las fuerzas de seguridad han detenido a 13 magrebíes en la playa del Racó de S’Algar, también en Formentera.

Mientras tanto, Salvamento Marítimo ha rescatado a las 9.00 a otros 24 viajeros, subsaharianos, en una cuarta patera a cuatro millas al sur de la isla de Cabrera. Todos los migrantes se encuentran en una aparente buen estado de salud

En Carboneras (Almería), Salvamento Marítimo rescató una patera con once inmigrantes varones de origen magrebí mientras que en una playa de Gualchos-Castell de Ferro, en la costa de Granada, se localizó a 14 africanos a bordo de una planeadora.