Ignacio Fernández Candela.- Es en esta dimensión que te conocimos y en la otra donde das tus pasos tras la batalla, héroe etéreo en un nuevo espacio, sólido en espíritu cuando descansa tu cuerpo. Batallador empedernido, Periodista mayúsculo y justiciero a pesar de las adversidades, querido y odiado como corresponde a un ser auténtico que no sabe disimular la sinceridad de sus discursos y la indignación de sus corajes. Heroico de piernas arrodilladas en el suelo que nunca te sostuvo con firme equilibrio porque anduviste por los epicentros de la existencia, allá donde se producían los terremotos morales que otros esquivaban para ponerse a salvo. Un Josele Sánchez que sufría la vida porque dotó a sus talentos de compromiso por lo justo y la defensa de los débiles. Y el gigante de tanto luchar por los juicios de los hombres frente a la hipocresía de sus dogmas y conveniencias, se fue debilitando aún con asomo de voz grave en demanda de la Justicia que iba más allá de la apariencia de lo conformista, cuando la propia Justicia se sacrifica para inhibirse de prodigarla.

El sacrificio fue tanto a ti que te mostró proscrito de tus insensatas aventuras de generosidad por los más débiles, defensor a ultranza de los niños más olvidados, profeta de sus sueños en esta pesadilla de falacias institucionales que no cuidan de su inocencia e incluso los matan. Tanto hurgaste en la herida inmensa del crimen contra la infancia que el sistema sacó sus garras para intentar descuartizarte las entrañas… Y al final lo hizo contra tu cuerpo, pero cuanto más yaciste con las llagas del alma en carne viva, mayor ha sido la sanación de tu espíritu cuando ya has abandonado la materia de polvo.

Y bien lo sabes ahora, intemporal efímero y permanente, desarraigado de las lógicas limitaciones de un pensamiento abstraído en su impotencia terrenal, que eres un efluvio de lo divino, un conjunto de luz en la Luz que lo ilumina todo y testigo de la eternidad que te acompañó como una intuición soñada durante la vida.

Primero Dios en tus labios y luego el látigo de tus denuncias contra los demonios, has cumplido tu papel encomendado de defensor sufriente y ahora los ángeles te sonríen cuando has multiplicado con pasión los talentos que te entregaron al nacer para hoy marchar con el deber del alma cumplido.

Reposa en Gratitud Divina, con las inspiraciones que dejaste a quienes te conocimos, al margen de cuitas efímeras, tu honra celestial es valorada por la dimensión a la que perteneces como un solo pensamiento. Al fin descargado de ese sufrir que se te atragantó con las idas y venidas del destino y la huida hacia lo justo que hoy llevas contigo como herencia de un corazón espiritual que culmina y late en la eternidad en tanto, finitos , te recordamos. Los últimos serán los primeros y los primeros los últimos… ahora ya sabes de la sabiduría del espíritu tan lejos de la necedad de los gloriosos hombres.

Reposa de tus batallas destinadas y de la injusticia que te persiguió hasta enfermarte. Sólo has llegado antes al horizonte en que todos nos encontramos. Un abrazo fundido con tu luz que hoy brilla lejos de la oscuridad terrenal que ya no te alcanza, alégrate, por Siempre.

Te Queremos aquí y Allá, más cerca de lo que creemos, Josele. Un gran equipo de almas avanzadas-Blanca White, Aurora Morte y Óscar Madrid, entre otros- estuvo a tu lado en tu última incursión en La Resistencia con Josele Sánchez. La muerte, bien lo sabes, Amigo nuestro, ya no es el final.