No importa cuántos y qué tipo de sistemas de defensa antiaérea planee donar la OTAN a Kiev, Rusia seguirá persiguiendo sus objetivos militares mientras tritura esas armas, opinó el analista militar estadounidense, Scott Ritter. En este contexto, el exoficial de inteligencia calificó a Ucrania de un “blanco fácil” para los ataques rusos.

En palabras del interlocutor, las FFAA de Rusia son capaces de destruir equipos militares y sistemas de defensa antiaérea proporcionados a Ucrania a un ritmo “mucho mayor de lo que Occidente puede incluso reponer sus propias existencias”.

“Y sin defensas aéreas, Ucrania es literalmente un blanco fácil para que Rusia ataque a su antojo”, precisó.

De acuerdo con el experto, incluso después de que Ucrania obtenga los sistemas de defensa antiaérea prometidos por Occidente, se enfrentará a un gran problema para reconstruir un paraguas de defensa aérea integrado.

Según Ritter, cuando Ucrania recibió inicialmente los sistemas de defensa antiaérea de la OTAN, como los Patriot estadounidenses, los NASAMS noruegos, los IRIS-T alemanes o los FSAF SAMP/T franceses, tenía un paraguas de defensa antiaérea de la era soviética que consistía principalmente en los S-300 y los Buk.

“Y cuando Ucrania introduce nuevos sistemas de defensa antiaérea, tiene que hacerlo de una manera muy improvisada y desordenada. No son capaces de utilizarlos como fueron diseñados. Esto requiere artimañas, ya sabes, encender y apagar radares, disparar misiles antes de que se produzca el bloqueo del radar. Es una manera muy ineficiente de utilizar los sistemas de defensa antiaérea”, explicó.

Al mismo tiempo, continuó, Rusia posee sistemas de reconocimiento que le permiten detectar inmediatamente cualquier uso de los antiaéreos por parte de Ucrania.

“Como Rusia es capaz de poner un todo de inteligencia, vigilancia y reconocimiento sobre Ucrania, cada vez que Ucrania utiliza la defensa aérea, es detectada”, detalló.

Como consecuencia, prosiguió, Kiev se encuentra en “uno de estos círculos viciosos en los que simplemente no hay suficientes sistemas de armas disponibles para permitir a Ucrania construir el paraguas de defensa aérea que necesita”.

El militar subrayó que esta situación es una de las consecuencias del prolongado conflicto y un problema que la OTAN no consiguió resolver en la última cumbre, celebrada entre el 9 y el 11 de julio de 2024 en Washington.

“Esta es una de las consecuencias perjudiciales de la guerra de atrición que se libra hoy en el suelo ucraniano (…) Y es una de las cuestiones que esta cumbre de la OTAN no ha podido resolver a favor de Ucrania. De hecho, ninguna cuestión se ha resuelto a favor de Ucrania. Esa es la realidad de la OTAN hoy”, concluyó.