Depositar capital e impulsar empresas y negocios con impacto positivo en los mercados puede suponer una forma de incrementar el patrimonio, a la par que se contribuye a dar soluciones útiles

Muchas personas tienen buenas ideas, brillantes proyectos y ganas de desarrollarlos, sin embargo, se encuentran con una gran barrera, la falta de capital. Otras personas tienen ganas de invertir en un negocio, estudian cómo incrementar su capital o cómo mejorar sus inversiones, pero no encuentran la herramienta, el depósito o el proyecto más adecuado para hacer crecer su dinero.

Pero, ¿y si existe un lugar donde puedan converger ambas necesidades y valerse las unas de las otras para alcanzar ambos objetivos, a la par que se ofrecen nuevos servicios, se solucionan carencias y se generan sinergias? Pues, existe y se llama Bolsa Social.

¿Qué es y para qué sirve? Se trata de un espacio virtual que tiene como principal objetivo conectar a organizaciones y entidades que se enfocan en la inversión en proyectos de impacto que, a su vez, den solución a nichos o necesidades que estén desatendidos. En definitiva, un espacio para las oportunidades de inversion.

El principal objetivo es establecer mecanismos para impulsar un entorno económico que se ponga al servicio de las personas y, sobre todo, del cuidado de la Tierra. Es por eso que conectar a empresas e inversores con impacto social y medioambiental es la meta.

Así se invierte en talento: capital o préstamos

Para reforzar lo expuesto, señalar que Bolsa Social es un espacio de encuentro colaborativo que agiliza y pone las herramientas necesarias para conectar aquellos proyectos con fines sociales y medioambientales con el capital de los inversores. Uno de los principios es no renunciar al impacto, por todo ello, la inversion en startups que ofrecen innovación, aplican nuevos lenguajes de crecimiento e implementan nuevas ideas para mejorar las sociedades son también objeto de estas inversiones.

A continuación se van a describir con más amplitud las dos líneas principales de inversión en este tipo de capital social. Se puede hacer, directamente, ofreciendo cantidades económicas para impulsar esos negocios y ser parte del grupo beneficiario de las ganancias o a través de préstamos con condiciones asequibles para estas entidades. En ambos casos, se estará contribuyendo a un entorno más equilibrado, solidario y eficaz.

Los pormenores de invertir en capital

En estos casos, las inversiones apuestan por depositar parte del dinero en el capital que precisa una startup de impacto, sobre todo, en sus fases iniciales, ya que eso hará que pueda poner en marcha todo su potencial de crecimiento y, con más celeridad pueda conseguir un buen nivel de rentabilidad.

En tales casos, es bueno diversificar la inversión en varias empresas, tener claros cuáles son los riesgos de la inversión y tener una buena asesoría, algo que ofrece esta entidad. Se trata, pues, de compartir éxitos. En este sentido, no importa la inexperiencia, desde solo 1.000 euros por proyecto se puede invertir, es una manera de impulsar ideas y crecer juntos. Compartir riesgos para alcanzar éxitos y también compartirlos.

Invertir en préstamos para impulsar buenas ideas

Igual que en el apartado anterior, es otra línea para ayudar a los inversores con condiciones favorables para las partes. Ellos pueden obtener un capital que impulse las ideas, mientras que el inversor se garantiza depositar su dinero, con un posterior incremento de intereses, que puede llegar hasta un 8%.

Se trata, pues, de un quid pro quo muy interesante entre quien tiene el dinero y quien tiene la idea para que salgan beneficiadas ambas partes. El hecho de prestar pequeñas aportaciones, que pueden ser desde los 50 euros, ayuda a diversificar la cartera y obtener más beneficios, a la par que disminuyen los riesgos.

En definitiva, el dinero acumulado no genera más que gastos y una buena inversión en capital social y medioambiental, en empresas, proyectos y startups que despuntan con ideas innovadoras, puede suponer el éxito de dos actores que se necesitan.