El PSOE tendría que desaparecer no sólo porque su historia está tan preñada de robos, corrupciones y miembros delincuentes, encarcelados e imputados, que merecería un precinto judicial como organización de maleantes, sino también porque los socialdemócratas que piensan como socialistas han demostrado ser un peligro si se les permite gestionar el dinero público, porque no solo roban, sino que roban matando la generación de riqueza e impidiendo que exista riqueza suficiente para poder seguir robando el día de mañana.

Tiene pleno sentido y razón la afirmación, atribuida a Margaret Thatcher, de que “el socialismo termina cuando se acaba el dinero de los demás” y aquella otra de que “no existe el dinero público, sino sólo dinero del ciudadano extraído a base de impuestos”.

El socialismo es una ideología peligrosa, que es responsable de muchas desgracias de España y de sus instituciones corruptas.

Cuando tenemos socialdemócratas que piensan como socialistas, tenemos también una indefinición política, una falta de liderazgo político a nivel nacional.

El votante de PSOE le pasa como el votante de C’s: cree que vota una forma de liberalismo pero luego ese liberalismo se torna en ideas y políticas socialistas que restan libertad. Si cree que vota socialismo, ese socialismo es una socialdemocracia que monta toda clase de chiringuitos políticos pero ninguna empresa pública que produzca riqueza.

Pero ni son buenos como socialdemócratas, ni son buenos como socialistas. Votar a la izquierda española es tirar el voto a la basura, porque es corrupta, contradictoria y traidora, sea lo que sea que pretenda hacer o decir. Siempre están engañando. La indefinición ideológica y el relativismo moral que representa el PSOE induce a la corrupción, al separatismo y al abstencionismo. La falta de liderazgo en la nación produce liderazgos rupturistas. El PP comete graves errores al hacer política de vasija, recibiendo los votos de castigo al PSOE, pero sin liderar el cambio, impidiendo igualmente la transición liberal reformista, a una España sin tantos políticos, despilfarro y con valores en alza.

Lo único que permanece constante en el PSOE es la defensa de sus intereses personales, su dinero, sus puertas giratorias, sus socios personales, nepotismo, amiguismo, clientelismo… Ese es el concepto que tienen de la socialdemocracia y del socialismo: crear chiringuitos políticos, repartir subsidios y utilizar los recursos no para crear riqueza, sino para empobrecer la sociedad, beneficiándose ellos siempre.

Hay una parte de la sociedad que piensa como el PSOE, que no necesariamente vota PSOE, pero comparte el relativismo moral. Eso provoca el auge e influencia de una ciudadanía sometida, incapaz de entender lo que le pasa e inmóvil sin capacidad de salir del pozo en donde está.

Otro motivo para que desaparezca el PSOE es la historia antigua criminal de este partido político. Algo que debería impulsarles hacia el arrepentimiento y el cambio, pero que en vez de hacer eso tratan de cambiar la percepción de la realidad de la gente, de reinterpretar el pasado y convertir en orgullo lo que es criminal. La ley de memoria Histórica es uno de los ejemplos más burdos de manipulación histórica y estímulo del odio. Los que se han subido al circo de este discurso de revisionismo histórico son responsables, en buena medida, del auge del separatismo, del odio, de la envidia y de otros muchos dramas españoles.

Este tipo de relativismo que trae un PSOE, que se enorgullece de su ideología, de origen marxista, seguida por muchos, a pesar de sus dictaduras, de los millones de muertos que ha provocado, de la pobreza que esparce y de todo tipo de horrores por el mundo, está corrompiendo y pudriendo constantemente no solo la moral, sino también el intelecto, fabricando en España legiones de deficientes intelectuales.

Cuanto más bobos seamos, menos críticos, menos racionales, más sensacionalistas y amarillistas, es más fácil que la gente trague cualquier cosa que el poder quiera que traguemos.

España está llena de energúmenos sin capacidad para el análisis racional, gente que saca conclusiones precipitadas y erróneas porque sólo se informa por lo que recibe de medios masivos corrompidos y sometidos al poder.

El socialismo es una transición a una sociedad cada vez más individualista, inmoral y salvaje. La gente con alma socialista o influida por su ideología toma decisiones en función de intereses personales particulares, entre los que figuran, por desgracia, la corrupción y el deseo de parasitar.

El socialismo, por último, es un eficiente tapón que impide que las ideas liberales se expandan, lo que equivale a taponar la libertad individual, la democracia, los derechos ciudadanos y la prosperidad, que son territorios genuinamente liberales.

Que nadie entienda este artículo como una condena del PSOE para beneficiar a la derecha porque pensamos que el otro gran partido de España, el PP, similar al PSOE en corrupciones, robos, delitos, miembros encarcelados e imputados y daños a la nación , también merece el precinto y la clausura, una medida que quizás salvaría a España y dejaría libre los espacios de la política para que germinen las ideas democráticas, liberales y de esfuerzo colectivo en aras de la prosperidad y el verdadero progreso.

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