AD. En el día de hoy nuestro digital se ha tomado una jocosa licencia para bromear con nuestros lectores sobre el nombramiento de Alex Soros como cardenal y del prófugo Puigdemont como ministro de Pedro Sánchez.

La inocentada está hecha. Lo preocupante es que tanto lo uno como lo otro no deja de ser plausible en el pervertido mundo en el que nos ha tocado vivir.

Mientras, los verdaderos inocentes siguen siendo masacrados por los crueles Herodes de ayer y hoy con el complaciente silencio de las furcias mediáticas, espléndidamente subvencionadas por el poder. Los millones de niños abortados, abusados por abyectos plutócratas en sus mansiones; los cristianos masacrados por los yihadistas islámicos, los jóvenes corrompidos por la ideología de género, mutilados por el cambio de sexo inducido desde el Estado, no encontrarán ni una línea de denuncia en los grandes medios.

Hoy, desde el nuestro, humilde y limitado, seguiremos denunciando a todos aquellos que quieren reducirnos a una masa de esclavitos felices, ahítos de chope y de cerveza barata. Esos tales nos tendrán siempre enfrente.