Horno de calor seco: todo lo que necesitas saber
Los hornos de calor seco no son muy populares, pero aquellas personas que trabajan en hospitales, laboratorios o en la industria del medicamento los conocen bien, ya que los usan a diario. Se emplean a la hora de esterilizar materiales y equipos con calor, destruyendo así microorganismos cuando la esterilización por vapor no es una opción, debido a que estropearía los objetos que se quieren limpiar de gérmenes.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento es muy sencillo, puesto que emplean aire caliente, con el cual transfieren calor a los materiales que se ponen en su interior, alcanzando temperaturas que rondan los 200 grados, dependiendo del modelo de horno. Además, tienen un temporizador que está graduado entre los 30 minutos y las 2 horas, pudiendo elegir así tanto el calor como el tiempo que se va a aplicar.
¿Qué elementos lo forman?
Pese a que hay varios modelos de horno seco, lo cierto es que los componentes de todos ellos suelen ser los mismos. Cuando lo abrimos nos encontramos con la cámara de esterilización. Aquí es donde se colocan los objetos y se fabrica de acero inoxidable, pues resiste bien a las altas temperaturas y es un material duradero.
Después están los elementos calefactores. Se pueden equipar en diversas partes del horno y no son más que resistencias eléctricas asociadas a un termostato, que miden y regulan la temperatura en la cámara.
Estos hornos tienen un buen sistema de aislamiento térmico, con lo que se facilita la retención del calor y aísla el exterior de las altas temperaturas. Eso impide que la persona que los usa se queme al tocarlos. Relacionado con esto están la puerta y los sellos que lleva, hechos de materiales muy resistentes al calor y que impiden que este se salga por ahí.
¿Qué ventajas tiene el horno de calor seco?
Una de sus mayores ventajas es la efectividad. El calor seco penetra muy bien en los materiales, logrando destruir los microorganismos al oxidar sus componentes celulares.
También es muy seguro, y esta es otra de las claves de su uso. No contamina los materiales por humedad, por lo que la mejor manera de desinfectar los que son sensibles a esta es mediante un horno de calor seco. A su vez, el horno es muy versátil, puesto que es adecuado a la hora de higienizar componentes metálicos, pero también lo hace con varios tipos de plástico (los más resistentes al calor), con el vidrio y algunas sustancias en polvo.
¿Cuáles son sus desventajas?
Por supuesto, tiene desventajas que hay que conocer antes de adquirir uno, ya que no siempre es el mejor a la hora de esterilizar. La principal es que tarda mucho en hacer su labor. Hay métodos como la autoclave que son más rápidos, pero cuando se trabaja con compuestos sensibles a la humedad hay que utilizar el horno.
Otra desventaja es que los materiales que podemos introducir son limitados. No se puede emplear con aquellos objetos que son sensibles al calor, como ocurre con la mayoría de los plásticos.