Pese a que Pedro Sánchez ha convertido el posible apoyo de Santiago Abascal a una investidura de Alberto Núñez Feijóo en su principal arma para atacar a este último, el PSOE no tuvo problema en aceptar los votos a favor de Vox para sus candidatos con el objetivo de hacerse con alcaldías el pasado 17 de junio. Estos casos son una ‘rara avis’ dentro de las combinaciones políticas locales pero, según informa ABC, el partido de Abascal apoyó la elección de al menos a seis alcaldes socialistas, el PSOE hizo lo mismo con dos de Vox, y ambos apostaron por una candidatura independiente en otra localidad para impedir que gobernara el PP.

Curiosamente, la mayoría de estas votaciones tuvieron lugar en Castilla y León, la primera autonomía en la que Vox llegó al poder de la mano del PP. Este diario preguntó a Vox sobre estos datos para recabar su versión, pero este partido reaccionó exigiendo que no fueran publicados y cancelando la entrevista concertada entre este medio y Santiago Abascal.

Bajas y desobediencias

En concreto, en al menos cinco municipios de Castilla y León, Vox y el PSOE sumaron fuerzas para que el candidato de éste último partido se hiciera con el bastón de mando. En Carrascal de Barregas (Salamanca), de un millar de habitantes, una concejala de Vox dio la sorpresa cuando decidió apoyar a los cuatro ediles del PSOE, en lugar de dar su voto a los populares, como sí hizo su compañero. Sin embargo, la díscola no estaba por la labor de mantener al PP en el Gobierno municipal, así que, tras votar, abandonó la formación y se convirtió en no adscrita.

La cosa también acabó mal en Sotoserrano, de la misma provincia, pero en esta ocasión fueron los dos concejales del PSOE los que optaron por darse de baja en el partido después de pactar con Vox y hacerse con la alcaldía de un municipio de 500 habitantes que había estado bajo la órbita del PP durante 20 años. En Vitigudino, igualmente salmantino, pero que ya supera los 2.000 habitantes, el socialista Javier Muñiz se convirtió en alcalde gracias a dos votos de Cs, con los que ya era suficiente para garantizar la mayoría, si bien la única concejal de Vox también sumó su apoyo de forma inesperada.

Los ocho municipios en los que el PSOE gobierna con el apoyo de Vox

Carrascal de Barregas (Salamanca)

Sotoserrano (Salamanca)

Vitigudino (Salamanca)

Moreruela de Tábara (Zamora)

Gradefes (León)

Loriguilla (Valencia)

Casaseca de las Chanas (Zamora)

Domingo Pérez (Toledo)

Moreruela de Tábara (Zamora) con 300 habitantes también tiene alcaldesa socialista gracias a que el único edil de la formación de Abascal hizo posible el desempate entre PP y PSOE para decantarse por el segundo y, de esta forma, darle el bastón de mando. La regidora justificó este acuerdo en que «teníamos unos objetivos y creemos que eran bastante similares a los suyos. Lo que hacemos es mirar por el bienestar del pueblo y, por eso, hemos recibido su apoyo, que es de agradecer».

Otra de las localidades en la que Vox ha apoyado al PSOE es la leonesa de Gradefes (900 habitantes) donde el único concejal de la formación verde dio su voto al candidato socialista, contra la orden de su partido, lo que hizo al PP perder la Alcaldía. Populares y socialistas empataron a concejales, así que fue el representante de Vox el que acabó por inclinar la balanza hacia los de la rosa, a pesar de tener la orden expresa de la dirección de su partido de no hacerlo.

Favor entre hermanos

La lista de favores de miembros de Vox a alcaldes del PSOE continúa en Loriguilla (Valencia). Allí gobiernan los socialistas con el apoyo externo del único edil de Vox -hermano de la alcaldesa-, que traicionó al PP -anterior partido de ambos- en el pleno de constitución del Ayuntamiento. En este municipio, los socialistas también lograron la colaboración de UCIN -Unión de Ciudadanos Independientes-, un partido formado por exmilitantes de PP y Vox.

Al contrario sucedió solo en dos municipios. En Casaseca de las Chanas (Zamora) Vox se aupó a la Alcaldía después de empatar a tres concejales con el PP y de que el único edil del PSOE les permitiese gobernar con su abstención. Y en el municipio toledano de Domingo Pérez, de 447 habitantes, el concejal socialista Francisco Araque hizo caso omiso a su partido y dio su apoyo para que el bastón de mando recayera en el candidato de Vox, Gustavo Adolfo Díaz Martín, con el fin de que no gobernara el PP.

Los dos partidos conservadores habían tenido el mismo número de votos y concejales (tres), mientras el PSOE solo tuvo un edil. Los socialistas de Castilla-La Mancha han anunciado la apertura de un expediente de expulsión a Araque.

En Madrid también hubo pinza, aunque distinta y cayó a poco más de 50 kilómetros al noroeste de la Puerta del Sol, en el municipio de Collado Mediano. Vox y el PSOE se unieron en esta localidad de 7.456 habitantes para arrebatarle la alcaldía al PP, que fue la lista más votada, e investir como regidora a la candidata independiente de Vive Collado. «Al menos en Collado Mediano sus políticos han sido capaces de estar por encima de las circunstancias más adversas, de las malas y buenas influencias, de todo tipo de presiones interesadas, de cualquier ideología», fue la explicación que Jorge Martín Morollón, edil de Vox, dio a los vecinos durante el pleno de investidura.

Horas más tarde de que María de la Sierra Serrano (Vive Collado) alzase el bastón de mando, los representantes del PP cargaron contra el partido de Abascal, asegurando que tenían un acuerdo de gobierno en el que tan solo faltaba la firma de Morollón. Su cambio de postura fue considerado una «traición» por los populares, que perdieron el poder que mantenían desde 2007.

Vox aún no ha dado su versión.

ABC