La Plataforma Crítica de Vox Málaga pide el voto para el PP en las elecciones generales del 23 de julio
(Remitido) La Plataforma Crítica de Vox Málaga quiere expresar su punto de vista sobre las elecciones generales del 23 de julio dada la importancia que estos comicios tienen para el futuro de nuestra nación.
Somos personas nacidas en Málaga y que por encima de todo nos mueve única y exclusivamente nuestro compromiso ético por España y con los valores dimanantes de nuestra civilización humanística cristiana.
Entendemos que no puede haber proyecto político válido para España sin que esté incardinado a la defensa de nuestra identidad colectiva, de nuestra soberanía nacional y de nuestro compromiso con el cristianismo como eje vertebrador de nuestras acciones en el campo de la política. Este espíritu yacente en todos los componentes de la plataforma nos llevó, incluso durante la llamada travesía del desierto, a comprometernos con el proyecto político de Vox. Y lo hicimos desde el pleno convencimiento de que Vox representaba la única opción política patriótica que planteaba soluciones reales a los enormes desafíos de nuestra nación. También consideramos entonces que Vox representaría un aldabonazo contra la indefinición ideológica y la traición del Partido Popular a los ideales que entonces y ahora defendemos.
Por consiguiente, nuestra toma de postura no vería un ápice de nuestro compromiso patriótico de entonces.
Defendimos a Vox porque considerábamos que los ideales, que son la razón de nuestro ser y existir, iban a ser representados por unos líderes que representarían una juiciosa y saludable apuesta por España, sin más hipotecas ni condicionamientos que el interés supremo de nuestra Patria. A ese objetivo contribuimos con nuestro trabajo y nuestro esfuerzo sin desmayo. Vox no era sólo para nosotros la mejor opción política, era también la única esperanza para España. Vox decía defender todo aquello que ningún otro partido político defendía.
Aclaramos por tanto que nuestros ideales son idénticos a los que defendíamos entonces, sin que hayamos cambiado más que lo que establecen las circunstancias personales con el paso del tiempo. Lamentablemente ese proyecto que venía a oxigenar la vida española con hombres dispuestos a yuxtaponer sus intereses particulares al supremo interés de España, se ha tornado decepción y desencanto. Quienes entonces izaban la bandera del patriotismo y de los valores morales, hoy lamentablemente representan los mismos intereses materiales que han convertido a los partidos políticos en fuente de rechazo. Los que hablaban de suprimir las autonomías hoy suspiran por tener consejerías.
Siempre perdurará en nosotros aquel Vox que sacaba lo mejor de las personas, que provocó un ciclón de sinergias positivas para la mejor defensa de España, que propugnaba la lealtad y el compromiso como normas de funcionamiento interno, que presentaba unas credenciales que sólo podían ser identificadas con la decencia, con el rigor en el trabajo, con el sacrificio, con el recto compañerismo y con todas esas virtudes que han adornado las mejores páginas de nuestras vidas. El Vox por el que nos expusimos a un constante escarnio, estaba llamado a hacer grandes cosas por España.
Por ello, defender a Vox tenía para nosotros la misma significación que el concepto del honor en Santa Gadea, que la rendición del holandés en Breda, que la victoria contra los turcos en los mares de Lepanto, que la lucha contra el francés en Bailén, que la derrota del dictador azteca en Tlatelolco, que la lucha contra el tirano en Fuenteovejuna o que la victoria contra el comunismo en Brunete.
Aquellas bellas expectativas, sin embargo, no han tenido sin embargo la esperada reciprocidad de unos dirigentes decepcionantes y que han sucumbido al peor de los males políticos: el interés de unos pocos sobre lo que la buena gente de este partido merecía.
Sería prolija la lista de irregularidades y decepciones que hemos vivido en los últimos años, desde las elecciones primarias celebradas en Málaga en septiembre de 2020. Observamos entonces con impotencia un proceso electoral trufado de trampas e irregularidades, que finalmente supusieron la laminación de los dos candidatos oficiales. Cada día estamos más convencidos de lo que perseguía la dirección nacional de Vox, con la cuartada de las fraudulentas elecciones, no era otra cosa que orillar la voluntad de los militantes e imponer a dedo, como presidente de la gestora, a quien ya había sido elegido de antemano por el CEN: Antonio Sevilla.

Banderas españolas y de Vox en la concentración de la Plataforma Crítica frente a la sede del partido.
Desde entonces el cúmulo de situaciones surreales que ha vivido el partido parecerían más el resultado de un guión de una película torrentiana, que la crónica de un partido que supuestamente venía a servir a los españoles y no a servirse de ellos. Del Vox que congregó en el Palacio de Congresos de Málaga a 8000 personas en un mitin de Abascal al de hoy, media un abismo.
Los datos son lo suficientemente elocuentes como para justificar nuestro profundo desencanto. Vox Málaga ha perdido desde entonces a dos tercios de sus militantes, el divorcio entre la dirección y las bases ha sido creciente, la militancia ha sido refractaria a la participación en los eventos internos, tales como mesas informativas o asistencia a mítines de los dirigentes del partido. Si desglosaremos los casos de negligencia cometidos por la gestora con la complicidad de los órganos nacionales del partido, la lista no tendría fin. Baste reseñar como ejemplo el encubrimiento por parte de la Gestora de Vox Málaga de un militante al que se le asignó la responsabilidad de la sede y que fue tristemente protagonista de un deleznable asunto consistente en el acoso y envío de un vídeo masturbatorio a una joven militante. Lejos del severo correctivo que esta actuación le hubiera acarreado en cualquier otro ámbito de la vida española, lo que hizo Vox Málaga fue convertir en damnificado al exdirigente que se atrevió a dar voz a centenares de militantes, exigiendo medidas contra el susodicho orientadas única y exclusivamente a la salvaguarda de la integridad y la dignidad de las mujeres militantes.
El expulsado no fue otro que el ex número dos de Vox Málaga, Antonio Pulido. Este lamentable caso echó doble cerrojazo a la credibilidad y autoridad moral del partido. Desde entonces las desafecciones han sido continuas. Lejos de reparar el error, la gestora emprendió una intolerable persecución contra algunos de los mejores activos del partido. Baste citar los casos de Mateo Moya y Carlos Oliva, cesados de su cargo de forma cobarde sin que se diera una sola razón justificada.

El presidente del PP, durante la clausura de un acto sectorial en Gimenells (Lérida) sobre sistema agroalimentario y mundo rural.
Por consiguiente, el nacimiento de nuestra Plataforma Crítica (antes Plataforma Antigestora) pretendía la reversión de unos acontecimientos que llenan de oprobio y vergüenza a los militantes. Pensábamos ingenuamente que podríamos concurrir en unas hipotéticas primarias para devolver al partido la dignidad, el sentido recto del patriotismo y la decencia que, ingenuamente, creíamos que podrían ser recuperables. Nos equivocamos. El anuncio de la dirección nacional invalidando los procesos de elección interna dio al traste con nuestras esperanzas de que la dirección provincial de Vox pudiese llegar a ser algún día la expresión de la libre voluntad de los afiliados.
Un partido que no respeta la voluntad de sus miembros, difícilmente podrá respetar las decisiones mayoritarias del resto de los españoles. La constatación de la voluntad de Vox de regirse bajo criterios que colisionen con el más elemental sentido de la democracia interna, nos llevó al distanciamiento definitivo. Hemos demostrado con creces que nuestras acciones constructivas se orientaban al objetivo de un Vox mejor al servicio permanente de los ciudadanos. Reconocemos que no lo hemos conseguido.
Por todo ello, invalidadas las razones que justificaban nuestra decidida apuesta por Vox, la Plataforma Crítica tiene el deber moral de exponer estos hechos a la opinión pública y responder a la cuestión que en las últimas semanas nos ha sido más veces planteada: a quién votar. Tras una intensa reflexión e intenso debate, hemos de empezar reprobando la presencia, en los tres primeros puestos de la lista de Vox por Málaga, de tres personas que son un insulto a la meritocracia.
Frente al compromiso con unas siglas en cuyo nombre unos pocos están colmando sus ambiciones económicas y de poder, hemos acordado apoyar la candidatura de Alberto Núñez Feijóo a la Presidencia del Gobierno de España.
Debemos destacar que el PP de Feijóo, en poco más de un año, haya pasado de ser un partido en franca descomposición interna e institucional a celebrar triunfos electorales por toda la geografía nacional, y estar rozando la mayoría en las generales del 23-J que se avecinan. Si exitosa fue su permanencia como presidente de la Sociedad Estatal de Correos, del Insalud, o como presidente de la Comunidad de Galicia, el carácter que ha impregnado a su candidatura como futuro presidente de España no deja de adivinarse como una de las mejores presidencias que se recuerden en nuestro país.
Como se ve, razones de peso para orientar nuestro voto hacia la candidatura encabezada por Feijóo, única opción real y efectiva para impedir la continuidad de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de España.
Debemos advertir que hay 18 provincias que eligen cuatro diputados cada una. Si los votos a la izquierda del PSOE se agruparan en el PP, el resultado sería tres diputados populares y uno socialista en cada una de esas circunscripciones, es decir 54 para el PP y 18 para el PSOE, pero por la regla D’Hont, los votos que obtenga ahí Vox le darán un escaño al PSOE y se lo quitará al PP –y 18 que cambien de signo son muchos–, que es lo que prevé Tezanos para que haya partido el 23-J.
Por último lamentamos el escaso respeto de Vox hacia los militantes malagueños al presentar una lista que prefigura las peores taras políticas de nuestro tiempo: mediocridad, enchufismo, amiguismo y prevalencia de los intereses y ambiciones particulares.
Con Dios y España en el frontispicio de nuestros ideales, alzamos nuestra voz para gritar fraternalmente unidos:
¡Viva Málaga! ¡Viva España!
El que pide voto para el PP es del PP,que absurdeces por Dios!!!
Y el que pide voto para Vox pues es de Vox.
Lo que tiene que ser es que la gente vote tranquilamente el 23j,aunque todos los partidos sean MASONES.
PSOE 1
VOX 2
PP 3
Conozco a uno que se paseaba a escondidas por la antigestora para luego pillas un puestecito de concejal en Mijas. Mas inútil imposible y gracias al putero borracho fernandez Ariza y al señorito Luna Blaca ( alias el moco)
Antes era un ser humano…Ahora es policía…
Pulido, qué grande eres!
Hemos llegado a tal extremo que los mayores ladrones son elegidos para crear las leyes
Y ahora debemos preguntarnos, Que leyes tenemos?
La inrritá, esa gran empresaria y “licenciada en formador de formadores”( carrerón de 6 meses máximo y a 30 euros, por delante…), va a tener que recibir muchos cursos acelerados para hacer de ella algo presentable, no solo por su look hortera y desfasado; debe además aprender a hablar.
Me recuerda a Annie, en ” un ganster para un milagro”, en aquella película convirtieron a una don nadie en señora, le arreglaron el vestuario, sus ademanes y le dieron clases de dicción.
Tendrá que contratar a algo más, para esos arreglos urgentes, que a uno con iguales estudios
QUE ALEGRIA, QUE PATRIOTISMO !!! EXISTEN ESPAÑOLES DE VERDAD EN MALAGA PLATAFORMA CRITICA !!! PP AL PODER!!! QUE MARAVILLA!!! VIVA JUANMA Y LA MADRE QUE LO PARIO!! OLE Y OLE!! QUE HECHAMOS DE MENOS A PULIDO Y AL LARA!! SERVIR Y NO SERVICE
Administrador: Aquí somos tan chulos que intentamos que algunos lectores se vaya. Hemos pedido tropecientas veces a la chusma de Vox que su presencia aquí nos execra, que se vayan, pero lamentablemente no lo conseguimos. Tanta es la querencia que nos tenéis, cerdos indignos?
Normal.
Abascal, Smith & Cia han demostrado ser lo más déspota de la política española.
Ni Pablo Iglesias se ha comportado tan mal con sus afiliados, cargos orgánicos, electos y demás.
Yo votaré al PP o a Olona, ya veremos. Pero a Vox, ¡¡¡jamás!!!
Hay que unir el voto de la derecha. Todos con Moreno Bonilla.
A por estos granujas por todas las humillaciones que hemos recibido. A por ellos y viva Juanma Moreno.