La sequía del crédito bancario
La gran Banca (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) obtuvo en el primer trimestre del 2023 un beneficio neto de 5.696 millones de euros (un 13,9% más que en el mismo período del 2022) pese al pago de 1.120 millones debido al impuesto creado por el Gobierno consistente en aplicar una tasa a los ingresos extraordinarios de la banca obtenidos por la subida de tipos del BCE.
Sin embargo, la obsesión por optimizar recursos les habría llevado a prejubilar a miles de trabajadores y al cierre de incontables sucursales repartidas por toda la geografía hispana.Así, según el Banco de España, la Banca habría cerrado cerca de 10.000 oficinas en los 6 últimos años, lo que representa más del 30% del total.
Por otra parte, la bajada de tipos de interés hasta el 0,15% y la continuación de la política de barra libre (LTRO) del BCE aliviaron los problemas de liquidez de las entidades financieras y facilitaron la acumulación de reservas. En consecuencia, la banca no presenta una necesidad imperiosa de captación de pasivo al tiempo que procederán a un endurecimiento de las condiciones de futuros préstamos, con lo que el crédito seguirá sin fluir con normalidad a unos tipos de interés racionales a pymes y particulares.
Finalmente, la inflación desbocada en la UE forzará a la subida de tipos de interés por parte del BCE, lo que conllevará que el Euríbor coquetee con el 4% a finales del 2023 y tendrá un impacto severo en hipotecas y préstamos bancarios. Así, según el Instituto Nacional de Estadística ( INE), el número de hipotecas constituidas sobre viviendas disminuyó en abril respecto al mismo mes del año anterior un 25%, lo que representa un descenso acumulado del 8,4 % anual.