Todas las acciones de Kiev cuentan con el apoyo de los países occidentales, por lo que la «guerra» contra Rusia preparada por Occidente «ya no es híbrida, sino casi real», declaró este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una conferencia de prensa celebrada tras su reunión con su homóloga sudafricana, Naledi Pandor.

«Cuando hablamos de lo que está ocurriendo en Ucrania, estamos hablando de que ya no se trata de una guerra híbrida, sino casi de una guerra real, que Occidente ha preparado durante mucho tiempo contra Rusia, intentando destruir todo lo ruso, desde la lengua hasta la cultura, que ha estado en Ucrania durante siglos», afirmó.

El alto funcionario denunció que las acciones rusófobas son algo habitual para las autoridades de Kiev, recordando que el anterior presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, al igual que el actual, Vladímir Zelenski, «fueron elegidos bajo el lema de establecer la paz, pero inmediatamente después de su elección se convirtieron en presidentes de guerra, en presidentes rusófobos».

Lavrov señaló que en Ucrania se han aprobado leyes que prohíben la educación en ruso, los medios de comunicación en ruso y hasta el uso de la lengua rusa en la vida cotidiana. «Se prohíbe cualquier contacto cultural relacionado con la lengua rusa. Y todo ello con el apoyo de Occidente. Al igual que Occidente apoya regulares marchas neonazis con esvásticas, con símbolos de divisiones que fueron prohibidas por el Tribunal de Nuremberg, reconocidas como criminales. Todo esto lo apoya Occidente», criticó.

Además, subrayó que Rusia no está atacando infraestructuras civiles ucranianas y todos los daños se deben a las acciones de Kiev, que coloca armamento pesado, así como sistemas de defensa antiaérea en zonas residenciales. «No estamos atacando infraestructuras civiles. Hay muchas pruebas que lo corroboran. Todo lo que está ocurriendo en términos de daños a la infraestructura civil en Ucrania se debe a las acciones criminales del régimen de Kiev, que durante meses ha colocado deliberadamente tanto armamento pesado como sistemas de defensa antiaérea en zonas residenciales», dijo.

Añadió que las tropas ucranianas, por su parte, dirigen sus ataques específicamente para aterrorizar a la población civil. «Y Occidente sabe muy bien que el régimen ucraniano bombardea deliberadamente ciudades y localidades con armas occidentales», aseguró.

Al mismo tiempo, el jefe de diplomacia rusa expresó su perplejidad ante la reacción negativa de sus colegas occidentales ante las próximas maniobras navales conjuntas de Rusia, China y Sudáfrica en el océano Índico programadas para febrero. Destacó que estos ejercicios son «transparentes» y no violan ninguna norma del derecho internacional.

«Tres países soberanos, sin violar ninguna norma del derecho internacional, están llevando a cabo un ejercicio, y no entiendo a quién podría causar esto una reacción mixta. Probablemente, a nuestros colegas estadounidenses, que creen que solo ellos pueden realizar ejercicios en todo el mundo, y no solo en sus más de 200 bases militares repartidas por todo el planeta, sino en cualquier lugar», afirmó.

Al hablar de las relaciones con China y Sudáfrica, Lavrov explicó que Moscú está desarrollando su cooperación técnico-militar con ambos países. «En cuanto a los ejercicios navales y en qué medida estos reflejan el deseo de desarrollar la cooperación militar: tenemos cooperación militar con la República Popular China y también se está desarrollando con la República de Sudáfrica», dijo.

Subrayó que Washington está traspasando todos los límites al amenazar a otros Estados por su cooperación con Rusia. «[EE.UU.] está diciendo públicamente que quienes cooperen con Rusia se arrepentirán. Al amenazar y presionar, EE.UU., y también los británicos, están cruzando todas las líneas rojas», advirtió.