La Unión Europea debe tomar una acción contundente para detener la migración ilegal, sugirió este domingo el presidente del Partido Popular Europeo y eurodiputado alemán, Manfred Weber, en declaraciones al grupo editorial Funke.

En este sentido, el político propuso “un rápido aumento de los controles en las fronteras exteriores, ya sea por mar o por tierra” y “si es necesario, se deben construir vallas, por ejemplo, en el sureste de la UE”. Además, su planteamiento incluye “las zonas diplomáticas en África, donde los funcionarios de la UE deciden si es posible la residencia legal en la UE”.

“Los Estados de la UE caminarán sonámbulos hacia una nueva crisis migratoria si no actúan ahora”, advirtió Weber, tras señalar que el bloque comunitario debería asumir, por lo menos, parte de los gastos que implican tales proyectos.

Por su parte, el canciller de Austria, Karl Nehammer, se expresó en el mismo sentido la semana pasada, asegurando que la UE debería ayudar a Rumanía y Bulgaria a manejar la seguridad fronteriza. En opinión del líder austriaco, es hora de romper el “tabú de las cercas” y erigir vallas por un valor aproximado de 2.000 millones de euros en la frontera entre Bulgaria y Turquía.

Según cálculos preliminares de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), más de 308.000 “entradas irregulares” en la UE se registraron en los primeros 11 meses de 2022. La cifra supone un aumento del 68 % en comparación con el mismo período del año pasado y es la más alta desde 2016. Gran parte de los cruces ilegales de las fronteras exteriores del bloque tienen lugar en los Balcanes Occidentales, seguidos por el Mediterráneo central.