Manolo Lama.- Un día triste para los que amamos el fútbol y, sobre todo, para los que amamos a nuestro país. España ha caído eliminada del Mundial y es triste no por la eliminación, que de por sí ya es una desgracia, si no por la forma en la que ha caído.

España ha jugado cuatro partidos en este Mundial: ganó a Costa Rica, empató con Alemania, perdió con Japón y nos ha eliminado Marruecos. Quitando Alemania, que ni siquiera se clasificó para octavos, España ha jugado contra equipos de medio pelo. Y hemos sido incapaces de ganar a nipones y a marroquíes.

¿Qué significa esto? Pues que esos fuegos artificiales que algunos lanzaban desde dentro del vestuario y que otros encendían y aplaudían desde fuera, no eran reales. Tenemos lo que tenemos… y no tenemos más. La famosa frase de que podemos ganar a cualquier y perder con cualquiera, se ha vuelto a demostrar cierta. Os digo una cosa: ni tenemos Mbappés, ni tenemos Messis, ni tenemos Neyamares. Sólo tenemos un buen bloque

El primer error fue cuando Luis Enrique levantó la mano y dijo que él era el líder de este grupo. No. Los líderes tienen que estar sobre el campo. Ahí es dónde hacen falta. Y España ha adolecido de un líder sobre el césped porque el seleccionador ha acaparado todas las noticias.

A partir de ahí, decidid vosotros. Si pensáis que debe seguir Luis Enrique, pues adelante. Yo, sinceramente, tengo muy claro que su etapa ha terminado. Si un equipo dice que viene al Mundial a ganarlo, pero no gana ni a Marruecos ni a Japón, no merece la pena que siga su entrenador.